En una fachada de una escuela pública en Estados Unidos se ve un  letrero que dice "Aquí se celebra la justicia y la imparcialidad". Un estudiante de esta escuela le pregunta a su padre mirando este letrero: ¿Papá, por qué escriben esto si en realidad no existe ni la justicia o la imparcialidad?

Sr. Director:

Hay momentos en nuestras vidas que nos damos cuenta que las leyes de este mundo no son imparciales y que vivimos en una sociedad que carece de justicia e igualdad en donde no tiene cabida la ecuanimidad. En esos momentos tenemos que aceptar que existe injusticia en grandes dosis en muchas sociedades que solamente están regidas por las leyes humanas.

Los que tenemos convicciones religiosas profundas y arraigadas podemos tener la solución de recurrir a Dios cuando nos toca vivir estos problemas de injusticia en nuestras vidas.  Dios es el único que puede reparar los maltrechos que las leyes dictadas por los humanos ocasionan.  

A veces nos encontramos en momentos y situaciones en que nada nos parece real pues los problemas se apoderan de nuestra vida diaria afectándonos profundamente. Es entonces cuando más debemos de confiar en Dios y en sus leyes infalibles. Esas sí que son las autenticas. Nuestro Creador jamás va a dictar por conducir nuestras vidas por caminos equivocados. Sus promesas y sus leyes están al alcance de todas las gentes del planeta por cualquiera que sean estas, mayoritarias por minoritarias.

En la Religión y en la Fe Divina no existe ningún código de leyes que puedan diferenciar un ser humano del otro. Para el Dios que rige y gobierna nuestro Universo, ¡todos somos iguales!

Las leyes de Dios perduraran a través del tiempo pero las que están hechas por nosotros los habitantes del planeta llamado Tierra: "pasarán y no perduraran." En esta época de Cuaresma estos pensamientos pueden ser una forma mas de meditar y ensalzar el Poder Divino de Nuestro Infalible Creador.

Concepción M. Losada

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