Sr. Director:
Y a Dios lo que es de Dios. Probablemente ésta es una de las frases de Jesús más repetidas por personas de todos los tiempos, de todas las latitudes, y de todos los niveles culturales.

Hay que añadir que con gran diversidad de interpretaciones lo cual, dada por sentada la buena intención, resulta enormemente enriquecedor.

En esta línea, voy a dar mi opinión: A Dios lo que es de Dios no significa que la Iglesia -todos los bautizados-, incluida la Iglesia jerárquica, tengan exclusivamente su campo de trabajo en el interior de los templos, o en el de las conciencias, o en el interior de los hogares, ni que su hoja de ruta, como ahora se dice, sea únicamente los asuntos espirituales sin trascendencia social o pública pues, de una parte,  los obispos y sacerdotes tienen la obligación de orientar, desde la ley natural y la enseñanza evangélica, a los hijos de la Iglesia en todas aquellas cuestiones que tienen que ver con las realidades en las que estos están inmersos: familiar, profesional, política

Y de otra, los cristianos son ciudadanos de una nación, comunidad, ayuntamiento iguales en todo a los demás y, como ellos, sostienen con sus impuestos el erario público; sin más diferencia que su fe, si otros no la profesan. Y, como todo hombre honrado, contribuyen con su esfuerzo y sentido de solidaridad al bien común: Al Cesar lo que es del Cesar. Jesús no dijo a los Apóstoles: Salid del mundo, sino que rogó a su Padre no te pido que los saques del mundo sino que los preserves del mal.                       
Amparo Tos Boix

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