Electrizante: el socialismo del siglo XXI coincide con el modernismo del siglo XIX y el despelote del siglo XX. Es decir, olvidado el ideal de justicia social e internacionalismo, Zapatero ha redescubierto el progresismo del siglo XX como edificio ideológico del siglo XXI. Todo se centra en el "Abajo los curas y arriba las faldas". En eso se ha quedó el llamado congreso ideológico del PSOE: muy profundo. Al caca-culo-pedo-pis, es decir, al aborto-eutanasia-laicismo, se le ha unido ahora la formidable teoría de que la crisis económica se soluciona con optimismo, de lo que debemos deducir que los culpables de la crisis son los pesimistas. No es broma, la clausura del Congreso ha servido para que ZP insista en que el culpable de los males de España es el fatalismo. Ni el Fondo Monetario Internacional, ni Naciones Unidas, ni el Tesoro norteamericano habían llegado tan lejos en la doctrina que considera que la economía no es más que psicología, doctrina que ZP ha llevado a la cumbre. Con el hombre de La Moncloa, la teoría se ha convertido en ley: para superar la crisis sólo hay que ser optimista. Balance: durante el gran congreso ideológico del PSOE no ha hablado ni del problema del agua, ni de la energía, ni de la falta de liquidez, ni de la deuda que ahoga las familia, ni del repunte del paro más difícil de reciclar, ni de la financiación autonómica, ni de la globalización, ni de la construcción de Europa, ni tan siquiera de terrorismo, como no fuera para afirmar que el desastre de la negociación con ETA fue un gran acierto. El secretario general del PSOE ha adoptado la vía del empecinamiento cazurro: no importa que la evidencia hable de desastre en la negociación con los terroristas que se burlaron de él: fue todo un éxito porque se afrontó un riesgo, algo parecido a la teoría económica del optimismo. Así que ya lo saben: si la realidad se empeña en mostrar su rostro más pesimista, lo que hay que hacer es arrearle a los curas o liberalizar más -¿más?- el aborto. Es decir, soluciones progresistas: ¡Abajo los curas y arriba las faldas! Pura filosofía. Eulogio López