Oiga, qué molón: el Sínodo de Obispos que finalizara el domingo en el Vaticano ha propuesto confesionarios 'seven eleven', es decir, centros donde haya curas confesando las 24 horas del día. Curioso, porque se supone que sin necesidad de centros, un sacerdote debe estar disponible para el sacramento de la penitencia... 24 horas al día, 365 días al año.

Sería de desear que todo el clero mundial secular y regular entendiera la propuesta como una orden. No sólo para crear esos centros sino para que los confesionarios no críen telarañas. La llamada más urgente de hoy a los cristianos es a la conversión, y toda confesión no es más que eso: una conversión. Y la nota característica de la fe en los últimos treinta años es muy sencilla: no se ha reducido el número de comuniones pero sí el de confesiones. Las conclusiones sobre el significado de esta disparidad.

Promocionar el arrepentimiento no sólo es la clave del futuro de la Iglesia sino del futuro del mundo. Los curas en Occidente tienen miedo a confesar y muchos fieles no se "arrepienten de nada", postura que suele justificarse aludiendo a la inclemencia de la Iglesia y de las normas eclesiales.

Pero quizás resulte más preocupante el primero porque, a la postre, el hombre necesita ser y sentirse perdonado. El sentido de culpa puede amortiguarse a base de orgullo, pero nunca desaparece, por la sencilla razón de que es cierto.

Les cuento una anécdota. Se trata de un cura joven que acaba de aterrizar en una parroquia del extrarradio madrileño. Su problema es el de siempre: muchos de sus feligreses viven en situación irregular. Recientemente, le vino una mujer joven que convivía con un hombre divorciado, con el que tenía un hijo. La mujer le preguntó si podía comulgar. El sacerdote le dijo que no, que primero regularizara su situación. Cuando el joven presbítero esperaba el portazo la mujer le dijo: "Pues me duele, pero se lo agradezco. Porque de tanto bajar el nivel ustedes -o sea, los curas- la verdad es que los feligreses no nos tomamos nada en serio".

Pues eso. Confesiones 24 horas, please.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com

.