Un tipo simpaticón, no lo olvidemos, además de un alma laica. Por eso, el vicepresidente de la Comisión Nacional del Mercado de valores (CNMV), don Carlos Arenillas, se refirió en estos términos al ataque que ha recibido el Banco Popular por parte de una sociedad llamada ‘Blueprime', presuntamente mexicana, y ejecutada a través de un despacho de abogados londinenses mediante una sociedad radicada en un paraíso fiscal llamado Gibraltar... que también es complejo, caramba. Pues bien, el señor Arenillas bromea con la cuestión y, para que quede claro que es un alma laica y, dado que se trata del Popular, que para el Zapatismo, al que pertenece don Carlos, es ‘el banco del Opus', afirma que el regulador sólo ha podido pecar de omisión. No hombre: la CNMV y el Banco de España, con su desastrosa y punible actitud han pecado de pensamiento, palabra obra, omisión y comisión.

Imagínense ustedes que una sociedad instrumental desconocida, desde el paraíso fiscal de Gran Caimán, pretendiera hacerse con el 20% del capital del Banco Santander de don Emilio Botín, pagando una prima del 50% sobre su valor en Bolsa y fastidiando al pequeño accionista, pues no estamos hablando de una OPA al 100 por 100, sino de una operación para hacerse con el control del Popular a costa de comprar una quinta parte de agraciados frente a cuatro quintas partes de ‘pringaos'. Y añadan a tan descartable hipótesis que la tal sociedad fuera fantasma, que uno de los compradores le comunicara el hecho a la CNMV y que la CNMV se ‘omitiera' y diera por bueno el asunto. Eso, señor Arenillas, es algo más que omisión: es comisión de una caradura grande, muy grande.

En definitiva, como no se trataba del Santander, sino ‘el banco del Opus' a los reguladores socialistas españoles, CNMV y Banco de España, dirigidos por sectarios del tamaño del gobernador Miguel Ángel Fernández Ordóñez, muy del vicepresidente Arenillas, se permitió a ‘Blueprime' mantenerse en el anonimato. Miren qué curioso: y yo que pensaba que la principal tarea de un regulador consistía en asegurar la transparencia. Naturalmente, surgieron las sospechas y Caixa y Sabadell ya han negado que estén detrás, al tiempo que las sospechas se trasladan hacia Banesto-Santander, como las entidades que estarían detrás de ‘Blueprime'. Y toda esta historia comenzó, no lo olvidemos, días después de la visita a España del presidente mexicano Felipe Calderón.

Ahora corrido de vergüenza, la CNMV dice que seguirá investigando quién está detrás de ‘Blueprime'. Pero Arenillas, príncipe, si es muy sencillo: sólo tenías que habérselo preguntando a Trinitario Casanovas, el hombre disputo a venderle a ‘Blueprime' su participación del 3,5% en el Banco Popular. O también podías haberle exigido al comprador que hiciera públicas sus intenciones, a fin de que su secretismo no influyera en la cotización.  

A todo esto, la única defensa lógica del Estado español por el lamentable comportamiento de sus reguladores, especialmente de "Littlesands" y sus chicos, consiste en afirmar que no existió tal operación contra el Popular y que se trató de una operación montada por algún accionistas del Popu para calentar el valor. Pues peor aún: ¿Es que la principal tarea de la CNVM no consiste en perseguir a quien manipula en beneficio propio un valor bursátil? Por menos de lo que ha ocurrido en el Popular en Estado Unidos han acabado mucha gente entre rejas.    

Y más. Cuando parece que la tormenta amaina surge la  hipocresía del Sistema, que se une a la negligencia de la autoridad. El Sistema ha optado por matar al mensajero, y de ahí la campaña que se ha desarrollado contra el gratuito económico Negocio, que se ha marcado una exclusiva periodística como un piano de cola y que ojalá hubiera sido obra de Hispanidad. Y así, con ese rostro pétreo de los mercados, ya he oído que todo ha sido un invento de Negocio, y que este periódico debería cerrar (sic). Precisamente Negocio, el económico menos domesticado de todos y el que más exclusivas está proporcionando en el domeñada prensa española, en el esclavizado periodismo económico español, que sólo encuentra un refugio libre en la WWW.

¡Y que viva Internet!

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com