La plataforma Fundación Vida informa que en el Departamento de Los Olivos de la ciudad de Lima (Perú), han detenido a dos hombres y una mujer relacionados con un local clandestino donde, bajo el nombre de Cruz Roja, se practicaban abortos clandestinos. En el momento de la detención se disponían a provocar el aborto a una estudiante de computación, B.O.P., de 23 años, que se encuentra con siete semanas de gestación, y quien reconoció haber pagado 300 soles (unos 75 euros) por el filicidio. "Este aborto no está mal sólo porque el local fuera ilegal, o porque José Armando Bernales, de 43 años, quien iba a realizar el aborto tuviera sólo leves nociones de Medicina, o porque las condiciones higiénicas fueran mejores o peores. El aborto provocado es matar a un ser humano, a un hijo, en cualquier caso, y de ahí la gravedad del acto", afirma Guillermo de Navascués, subdirector de la Oficina Internacional de la Fundación Vida.
"Diversas instituciones nos quieren meter que el aborto es bueno si es seguro, si se realiza en buenas condiciones sanitarias, o si se cumplen determinados requisitos. Eso no es verdad. Lo cierto es que todo aborto supone la supresión de una vida humana, y que, si es provocado, se realiza con el consentimiento de la madre. Así que es un acto inhumano", continúa el directivo de esta entidad.
"Para reducir cifras de aborto, el Estado debe promover ayudas asistenciales que favorezcan la vida, como dar preferencia a esa madre para que tenga trabajo, garantizarle una vivienda digna, y todos aquellos medios que permitan que esa vida llegue al mundo", añade.
"Hay muchos gobiernos que buscan el atajo fácil de aborto. Pero lo adecuado es ofrecer medidas para que la mujer que haya concebido lleve a buen término su gestación, porque los recursos humanos de un país son la base de su desarrollo. Matar nunca es una solución, mientras que dar la vida es algo bueno", sigue diciendo Guillermo de Navascués, subdirector de la Oficina Internacional de la Fundación Vida.
La Fundación Vida desea que quien haya transgredido la ley, pague por ello lo justo. Pero las leyes realizan también una labor educativa en la sociedad, y "lo que no se puede es admitir que un embarazo, aunque tuviera un origen violento o inmoral, sea interrumpido por otro acto violento, como es el aborto", concluyen en la Fundación Vida.
Fundación Vida
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