Menos mal que contamos con Popular TV, porque lo de las retransmisiones de la TV pública RTVE, la de ZP, sobre la Jornada Mundial de la Juventud empieza a ser de juzgado de guardia. Los astutos reporteros de Luis Fernández han conseguido dar con unos grupos de sarasas entre centenares de miles de jóvenes cristianos para poder criticar a uno participante que rompió la pegatina anticlerical que le entregó uno de ellos. No debemos olvidarnos de aconsejara unos cuantos sacerdotes que se cuelen en la próxima manifestación del orgullo gay, junto a la ministra miembra, para rezar el rosario con una pancarta buen grande, que diga: "Por la salvación de todos los invertidos".
Si los que los comecuras de RTVE hicieran con cualquier jefe de Estado lo que están haciendo con el jefe del Estado de la Ciudad del Vaticano, ahora mismo España tendría un conflicto diplomático con el país agraviado. Suponemos que esto es lo que el Gobierno llama laicidad.