O, al menos, eso piensa él. Aguirre cede ante Zapatero y Gallardón para poder sacar adelante su ley de cajas

Eso sí, si se logra la renovación de órganos, Blesa durará hasta que Aguirre o el PSOE impongan su candidato. Las relaciones entre ZP y el líder socialista Tomás Gómez, cada vez peor. Mientras, la cuenta de resultados de la entidad, empeora por semanas.

El presidente de Caja Madrid, Miguel Blesa, no es del agrado de la presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre. Tampoco gusta a Zapatero, ni a  Gallardón, pero los tres le utilizan para fastidiarse mutuamente. Eso sí, él encantado dado que ya estaba condenado a abandonar el cargo y ahora puede quedarse incluso dos años más, hasta las elecciones autonómicas de 2011. El pacto anti-Aguirre de ZP y Gallardón ha dado resultado.

Todo como producto del pacto entre Moncloa y La Puerta del Sol: el Gobierno Zapatero retirará el recurso de anticonstitucionalidad contra la ley de cajas de ahorros de la comunidad de Madrid a cambio de que Aguirre modifique sus planteamientos y den más opción a los municipios. Una derrota en toda regla de la presidenta que ya ha enviado el nuevo texto a Moncloa.

De esa forma, se desbloqueará la reelección de órganos y Gallardón presumirá de haber humillado a Aguirre. Zapatero, al mismo tiempo, podrá presumir de haber humillado, a su vez, a su líder en Madrid, Tomas Gómez a quien no soporta. Gómez sólo coincidía con Aguirre en una cosa: en que Blesa es un desastre que debe marcharse cuanto antes.

Ahora bien, una vez se produzca la renovación órganos. En cuanto PSOE o PP tengan fuerza suficiente para echar a Blesa lo harán. El presidente, por su parte, se muestra tranquilo: ya se veía fuera y ahora le dan otros dos años de vida: así podrá despedirse con sólo 15 años de mandato. O eso piensa él.

Mientras, el señor Mariano Rajoy, que ha tenido en sus manos la solución del caso sin dar cuartos al PSOE, permanece callado. Porque si Rajoy hubiese obligado a Gallardón a pactar con Aguirre o hubiera defendido la competencia de ésta sobre cajas, nada hubiera ocurrido. Pero a Rajoy le interesa laminar a Esperanza Aguirre tanto como a Gallardón o a Zapatero.

Y mientras tanto, ¿cómo influye todo esto en la entidad? Pues mal. No hace falta más que la mora del primer trimestre que se sitúa a la cabeza del sector.

Eulogio López

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