La presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, necesita dos tercios de los votos de la Asamblea de Caja Madrid para aprobar los nuevos estatutos. Sobre el texto se cierne la amenaza de la denuncia del alcalde Ruíz Gallardón, admitida a trámite a pesar de haberse levantado las cautelares, la oposición del presidente de la propia caja, Miguel Blesa, y de los sindicatos, con quienes la posibilidad de pacto parece lejana. A ellos se suma el PSM, que hasta ahora hacía mutis, pero que tras la pelea con Aguirre por el asunto de las escuchas está picado con el PP.
En resumen, la Asamblea no aprobará motu proprio los estatutos. Los opositores de Aguirre tienen esta tarde la oportunidad de manifestarse en contra de un texto que les resta poder. Los caminos posibles se reducen a la imposición del nuevo texto a través de la Consejería de Economía de la Comunidad de Madrid, manu militari.