El anterior Gobierno no tuvo el coraje de plantear abiertamente el sistema de financiación de RTVE. No sólo hubo ineficiencia en la gestión, sino falta de coraje para afrontar un nuevo sistema de financiación que contemple la doble vía, comercial y pública, y ponga coto a la financiación vía deuda. Este es el discurso que la actual directora general del ente público, Carmen Caffarel, pronunciaba en la mañana del lunes 22 en la Asociación de la Prensa de Madrid (APM).
Muy ortodoxo doctrinalmente, pero incompatible en términos de coherencia con la reciente emisión de bonos de 1.200 millones de euros, la mayor emisión de deuda de la historia del Ente público. Y como todas, avalada por el Estado. ¡Más madera! Y así hasta alcanzar los 7.000 millones de deuda con los que, según Caffarel, cerrará RTVE el ejercicio 2004. Los 3,12 millones de euros que cuesta cada programa de Las Cerezas de Julia Otero y los cerca de 2 millones de euros que los españoles pagamos por gozar del Gran Wyoming en la pantalla salen de algún sitio. RTVE siempre ha sido criticada por estar condicionada al sector público. Pero ahora estamos en otro momento, señala Caffarel. El Gobierno devuelve el favor, al mismo tiempo que defiende la desgubernamentalización de TVE. Manda huevos, que diría Trillo.
Además, Caffarel no ha querido entrar a debatir sobre el modo de financiación pública: canon al usuario, tasa a las privadas o presupuestario. Sí entró en este debate el secretario general de UTECA, Jorge del Corral, quien abogó claramente por un sistema de canon a dos tramos de 50%. Uno financiaría a RTVE y otro a las televisiones autonómicas en aquellos territorios donde exista.
Y donde no exista se pagaría la mitad y se preguntaría a los ciudadanos si quieren pagar un canon extra para tener una televisión autonómica, señala demagógicamente Del Corral. El secretario general de UTECA sabe que la respuesta a esa pregunta probablemente será negativa, si la producción es de verdadero servicio público. Pero prefiere provocar, como él mismo reconoce: Estaría bien que los ciudadanos se pudieran manifestar sobre si están dispuestos a financiar las televisiones públicas o no.
No en vano, el presidente de Tele5, Alechu Echevarría, recuerda un día sí y otro también que el conjunto de las televisiones autonómicas acumulan un déficit de 2.000 millones de euros.