La Agencia de la ONU para la mujer seducida por "la distinguida carrera profesional de Aído al frente del Ministerio de Igualdad y por su defensa de las políticas de género" ha decidido llevársela.
Ese organismo mundial completamente alejado de sus objetivos originales y convertido en punta de lanza de los lobbies más radicales inspirados por la ideología de género, cayó rendido a sus pies. La "pobre" Bibiana se hallará perdida en un maremagnum de siglas rodeada de miles de funcionarios y burócratas mantenidos por todos los estados miembros y donde España es uno de los mayores contribuyentes -incluso por encima de EEUU, Alemania y Francia-.
Desvalida en un lugar donde eliminar la vida de los más indefensos se llama "derecho reproductivo". Donde se postula que el sexo discurra plácidamente y desligado de cualquier compromiso serio con el amor o con la creación de una nueva vida. Un organismo en origen creado para exaltar y cuidar la vida y convertido a la postre en un gran difusor de la cultura de la muerte.
Un sitio donde la "amnesia moral" impide ver que los deseos y proyectos de los seres humanos nunca pueden convertirse en un motivo válido para que los "fuertes" puedan eliminar la vida de los "débiles". Y ahí desembarca Aído, justamente en estas fechas cuando se cumple un año en España de "su Ley del Aborto", la más radical que existe y que forma parte de su gran bagaje, junto con el aumento de la violencia de género; su falta de apoyos a la maternidad y sus "cero" medidas en igualdad laboral entre ambos sexos.
Aído ha prometido "dejarse la piel" en esta nueva tarea. Y yo me lo creo porque es su "entorno natural". Así que yo la despido, como en su día un gran poeta despidió a "Don Guido": "Bibiana Aído y equipaje, buen Viaje".
Victoria Blasco López