Sin el apoyo del Tribunal Constitucional que desestimó el recurso de amparo de Emilio Botín contra la decisión de la juez Teresa Palacios, de la Audiencia Nacional, al presidente del SCH ya sólo le queda esperar la apertura de juicio oral contra él mismo, José María Amusátegui y Ángel Corcóstegui por las indemnizaciones de estos dos últimos cuando salieron del SCH.
Los abogados de Emilio Botín intentan que sea el juez Siro García quien juzgue a Emilio Botín, ya que consideran que un magistrado "progresista" les iría mejor. García fue quien encarceló a Mario Conde, pero piensan que puede estar, al igual que los fiscales (que de progresistas tienen más bien poco), inclinado a rechazar los argumentos de la juez Teresa Palacios, con quien nunca ha mantenido buenas relaciones. Al menos, eso es lo que piensan los equipos jurídicos del SCH.
Mientras tanto, continúan pendientes las fianzas solidarias exigidas por Teresa Palacios a los otros encausados. La señal más evidente de que entre los asesores de Botín se ha impuesto la línea dura es esta incomprensible argucia jurídica de negarse a pagar la fianza salvo que al acusador, Rafael Pérez Escolar, aporte los 4 millones de euros que puede costar los intereses de una fianza solidaria que, entre los tres imputados, alcanzan los 164 millones de euros.
Es la misma línea dura, personificada en Matías Cortés, que ha empantanado el caso de las cesiones de crédito, cuyo sumario también lleva Teresa Palacios y que también sentará en el banquillo a Emilio Botín. Por el momento, no se sabe que don Emilio haya despedido a Matías Cortés, asimismo abogado y defensor de Jesús Polanco.