El espacio aéreo estará cerrado para vuelos comerciales el día 22 de mayo. Caza bombardeos F-18 sobrevolarán Madrid mientras duren los actos para evitar atentados (se supone que para derribar algún avión comercial secuestrado por suicidas, como los del 11-S. Ahora bien, ¿daría el Gobierno la orden de derribar ese avión?), 10.000 policías movilizados, registros en todos los domicilios de las calles por las que pasará la comitiva real, supresión temporal del Tratado de Schengen sobre libertad de movimientos en el seno de la Unión Europea… todo ello para que la boda de SAR el Príncipe Felipe y su novia, Letizia Ortiz, discurra sin incidentes.

 

Ya lo único que queda es el matrimonio en sí: el hecho de que ambos contrayentes hayan elegido el matrimonio católico para certificar su unión. Así que, como al parecer están muy seguros, sólo queda que, dado que han elegido dicho tipo de enlace, y dado que el enlace es público y notorio, den alguna muestra de que aceptan las implicaciones de ese sacramento.

 

Porque hay bodas, bodorrios y bodas de los demonios, según afirma el refranero español. Y algunos tenemos curiosidad por saber en qué categoría pretenden situar su enlace don Felipe y doña Letizia. Sólo depende de ellos.

 

Eulogio López