Más que autocensura, de lo que estamos hablando es de verdadero pacto de alabanza entre los grandes medios informativos y
Por ejemplo, Silvio Berlusconi y el grupo vasco Vocento ya han aportado su granito de arena con el ditirambo real hacia la figura de don Felipe de Borbón, emitido ayer por TeleCinco. A través de una serie de periodistas conductores, los mismos a los que Alfonso Ussía calificó en un reciente artículo como ‘mamporreros', se nos contó una historia edulcorada del Príncipe Felipe. De este modo, también, nos hemos enterado de que su personaje favorito, el rey al que más admira, es Carlos III. Y no deja de ser muy lógico. Felipe de Borbón se ha empeñado, sin que nadie se lo haya pedido, en mantener a un tiempo, un espíritu progresista y los privilegios de su cargo, especialmente el amplio presupuesto que le permite viajar por todo el mundo en compañía de la gente ‘adecuada'. Como su ancestro.
Carlos III tuvo la suerte de morirse en vísperas de
Es igual, TeleCinco ya ha hecho los deberes. Es más, la televisión de Berlusconi y Vocento ha premiado con su presencia en tan importante reportaje a periodistas que en la red Internet se han caracterizado por defender al Príncipe a costa de echar cieno sobre cualquier página web que ose criticar a su Alteza. Porque esa es otra: Internet, como siempre mucho más libre que los medios tradicionales, se escapa al pacto y el ciberespacio es lo más temido en Zarzuela.
Por su parte, José Manuel Lara y Jesús Polanco, los dos editores más poderosos del país, ya han comunicado a
Mucho más serio resulta el debate interno en el periódico de Pedro J. Ramírez (los debates internos en El Mundo suelen ser debates de Pedro J. Ramírez consigo mismo o con sus dueños italianos de Rizzoli) sobre la promesa de Zapatero de reformar
Por lo demás, insistimos, más que de autocensura, se trata de un pacto de alabanza: hay que oscurecer los defectos de Felipe de Borbón y su prometida y enaltecer sus virtudes. Y eso no tiene por qué resultar tarea fácil.