Sr.  Director:


Cuando más de 100.000 personas, sin palos, sin capuchas, sin micros que los lleven y sin dinero de por medio para asistir, colmaron la Plaza de Mayo pidiendo que no nos maten a nuestros hijos, Hebé de Bonafini realizó nuevamente declaraciones lamentables. Se me ocurre comparar a Hebé de Bonafini con el señor Blumberg.


-Hebé de Bonafini festejó los atentados a las Torres Gemelas: "¿Cómo no me voy a poner contenta de que hayan caído esos hijos de puta? En las Torres cayeron los poderosos. Y el poderoso es mi enemigo. Porque es el mismo que mandó matar a mis hijos. Es verdad: me alegré y festejé el hecho de que a este capitalismo salvaje que nos destruye le haya tocado alguna vez. Ellos no me dan lástima. Están cagados de miedo", dijo quien también defendió a la organización asesina ETA en más de una ocasión.

 

-El señor Blumberg pide que no haya más muertes.

 

-Hebé de Bonafini dijo que no está de acuerdo con el museo de la ESMA: "Ahí no van a estar los (fusiles) FAL que usaban nuestros hijos, ni las estrategias que usaban cuando ellos quisieron hacer la revolución. Siempre pensé en mis hijos como guerrilleros y revolucionarios, con un gran orgullo", acaba de declarar.


-El señor Blumberg muestra en cámaras las libretas de calificaciones como excelente estudiante de su hijo y las medallas deportivas ganadas.


-A Hebé de Bonafini la acompañan en sus manifestaciones autonombrados "Movimientos de Derechos Humanos", grupos de una izquierda anticuada y violenta, piqueteros con palos y capuchas pero no gente de trabajo, estudiantes de verdad "no crónicos", ni la mayoría silenciosa.


-Al señor Blumberg lo acompañan las madres empujando cochecitos, gente de trabajo, estudiantes de verdad "no crónicos", gente de bien. Pero ningún movimiento por los derechos humanos estuvo ahí.


-Hebé de Bonafini, dijo: "Sólo voté una vez de jovencita y nunca más". También rescató como positiva la lucha armada.


-El señor Blumberg acalló los insultos del público a los legisladores con la siguiente frase: "Ciudadanos, tenemos que luchar, pero siempre en democracia".


-Hebé de Bonafini desfila hoy por los despachos presidenciales y tiene poder de veto para los actos oficiales.


-El señor Blumberg peticiona ante los legisladores, como lo indica la Constitución.

-Hebé
de Bonafini adoptó como hijo a Shocklender, quien años atrás asesinó a sus padres.

-El señor Blumberg adoptó a millones de hijos, entre los que me incluyo, que no queremos más muertes.


Quisiera recordar la fábula de la leona sintetizándola así:

 

"Ésta lloraba  por la muerte accidental de sus cachorros, pero no dudaba en comerse a los de la loba, la jirafa o la osa, porque no eran sus hijos".


Creo ver en el rostro amable y dolido del señor Blumberg a un herbívoro.

Para finalizar, quisiera decir al presidente Kirchner, quien en uno de sus primeros discursos en el exterior dijo: "Somos los hijos de las Madres de Plaza de Mayo", que por lo menos en mi caso se equivocó: no soy hijo de Hebé de Bonafini, ni hermano de Shocklender, y simbólicamente me proclamo hijo del señor Blumberg y hermano de Axel.


Para que mis hijas, de tres y un año, reciban un país mejor que el que recibimos los de mi generación (nací en 1968), los argentinos deberemos de optar por la justicia o la venganza, por la democracia o el autoritarismo, por la tolerancia a quien piensa distinto o por los fusiles FAL.


Hugo Esteban