Por vez primera en dos años, el margen de intermediación del Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA) ha sido positivo. Tanto este margen como el básico crecieron un 2,1% durante el primer trimestre del año, respecto a idéntico periodo del ejercicio anterior. El margen ordinario se situó en 2.672 millones de euros, un 0,7% más que un año atrás.
No es que sea para tirar cohetes, pero, al menos, por vez primera en 24 meses, los márgenes clave vuelven a estar en positivo.
El consejero delegado de la entidad, José Ignacio Goirigolzarri, ha hablado de un trimestre excelente. Desde luego, es mucho mejor que los dos anteriores ejercicios juntos. Y, desde luego, es importante resaltar que, también por vez primera en los últimos 12 meses, los cocientes o ratios más relevantes son positivos (salvo el peso del margen de explotación sobre activos totales medios, que experimentó un ligero descenso).
Ahora bien el triunfalismo de la mano derecha de Francisco González, tanto en su reunión con los analistas financieros como con la prensa especializada (ambas celebradas en la mañana del 26), no se justifican en absoluto. Por otra parte, BBVA sigue teniendo una morosidad muy alta (lo mismo le ocurre a su gran competidor SCH) comparada con el conjunto de bancos y cajas.
Otra cuestión, las comisiones representan ya el 50% del margen de intermediación. Han crecido gracias al resurgir de los fondos de inversión, y, en este punto, hay que reseñar otro "engaño" de los grandes bancos. Es verdad que los españoles han vuelto a invertir en fondos y también es verdad que las comisiones que se cobran a los clientes son más bajas que en otros países europeos. Ahora bien, en ese cómputo no se está teniendo en cuenta lo que la gestora del fondo paga a la entidad matriz, una "comisión" que se pasa a pérdidas y de la que el cliente no se entera. En cualquier caso, las comisiones bancarias simplemente no pueden ceder más respecto al margen de intermediación.
Al final, lo que les ha ocurrido a los dos grandes bancos españoles es que se fueron a hacer las Américas y se olvidaron del mercado español. Esto ha sido aprovechado por todas las entidades competidoras para robarles cuota de mercado. Por ejemplo, a estas alturas no se justifica de ningún modo que BBVA continúe reduciendo oficinas (35 en España y 30 en América) y que siga suprimiendo empleo, especialmente en América donde, durante un año, ha reducido su plantilla en casi 3000 trabajadores (en ese mismo periodo en España perdió cerca de 500). No se entiende cuando el principal objetivo del negocio, especialmente en América, y según el propio Gorigolzarri, consiste en incrementar el crédito.
En cualquier caso, hay que felicitar a BBVA porque empieza a sacar la cabeza de una crisis de dos años y si no nos hemos enterado de esa crisis es porque los dos grandes bancos españoles tienen más que domeñado a los principales medios informativos.
Goirigolzarri insiste en que el equipo de BBVA es el más cohesionado de todos y que se encuentran cómodos con su actual situación. No lo dudamos, pero ahora mismo hay dos retos vitales para el segundo banco del país: que Francisco González, hombre muy poco grato al nuevo Gobierno Zapatero, consiga mantenerse en