De la Vega: "El informe de la CNE no va a tener ninguna repercusión". A pregunta de Hispanidad, la vicepresidenta De la Vega señala que el informe de la CNE en el que se alerta sobre el riesgo de que el Estado italiano se financie vía dividendos de Endesa lo está estudiando Industria "pero no tendrá ninguna repercusión". ¿Nuevo rodillo a otro organismo regulador?
Aunque todo el mundo considera que está todo el pescado vendido, la OPA sobre Endesa tiene todavía algunos escollos que superar. En primer lugar, el de la CNE. Ya se ha aceptado la personación de Endesa e Iberdrola. La eléctrica "vasca" alega que se siente afectada por compartir con Endesa centrales nucleares. Hasta aquí, ninguna novedad en relación a lo que ya se había practicado en el caso de E.ON.
Pero la CNE está preparando un informe en el que apunta que la empresa pública italiana podría financiarse a través de los dividendos de Endesa. Es lo que pasa cuando una compañía privatizada se renacionaliza con pasaporte extranjero nueve años más tarde. ¿Qué se pretendía? Lo llamativo es que la supuestamente sumisa CNE se haya declarado en rebeldía. Quizás porque uno está "conflictuado", que diría Conthe, pero tiene su estómago. Hasta su dignidad.
Quizás también porque conviene recordar que la presidente de la CNE, Mayte Costa, procede del socialismo catalán. Y Cataluña no gana demasiado con esta operación. Claro que habría que preguntarse también qué gana España, por qué el Gobierno decidió eliminar las condiciones impuestas por la CNE a Enel para entrar en el mercado español sin aclaración ninguna. Es verdad que el Ejecutivo tiene potestad para hacerlo. Pero lo menos que puede hacer es explicar con mucha pedagogía por qué se aparta del criterio de la CNE. No lo hizo y prefirió optar por el rodillo. Quizás esta prepotencia sea la culpable del duro varapalo de la CNE.
Pero tranquilos. Porque según señala De la Vega el informe de la CNE está siendo estudiado por Industria, pero "no va a tener ninguna repercusión". O sea, que el gobierno seguirá aplicando el rodillo, saltándose a la torera a su organismo regulador del mercado de la energía. Otro que tiene todas las papeletas de saltar por los aires siguiendo el modelo de la CNMV.
Pero aquí no acaba la cosa. Porque la controvertida OPA deberá de pasar el filtro de las autoridades comunitarias de Competencia. Y habida cuenta de que el eje franco-alemán está ahora gobernado por la fracasada Merckel y por esa derechota de Sarkozy, el gobierno español tendrá algunas dificultades para que en Europa acepten pulpo como animal de compañía. Máxime si la entrada de Enel se ‘vende' como la antesala de un acuerdo mediterráneo que ponga fin a la primacía del eje París-Berlín. Como dijo Montilla hace mucho tiempo, "el partido todavía no ha terminado". Y todavía puede pasar de todo. A pesar del Gobierno. Por cierto, alguien debería de explicar por qué el empeño del Ejecutivo español en abrirle la puerta a los italianos. ¿Qué gana España con esa operación? Un poco de pedagogía iría bien. Son 10.000.