Echegoyen encaja con normalidad las decisiones judiciales. Argumenta que los clientes valoran en general la calidad de sus productos.
El hasta el jueves consejero delegado de Bankinter, Jaime Echegoyen, se despidió este viernes con una rueda de prensa de presentación de resultados. Hispanidad aprovechó la ocasión para preguntarle por los clips, un producto ofrecido por la entidad como un seguro contra las subidas de tipos de interés que resultó ser un swap que incrementa el dinero que el cliente paga cuando los tipos descienden. Para Jaime Echegoyen se trata de un producto que ofrece un enorme valor, pero que con el cambio de las circunstancias los clientes se dieron cuenta un tiempo después de que se habían equivocado.
Pero no es eso lo que dicen los jueces. Ya hay 37 sentencias que condenan a Bankinter (por sólo 12 a favor) no por la calidad del producto, que es opinable, sino por el modo en que se comercializó: vender como un seguro lo que era un swap que obligaba al cliente a pagar más cuando los tipos de interés eran más bajos. Se supone que el banco debe asesorar a los clientes y, según las sentencias, no lo hizo con la debida diligencia.
Pero las sentencias no parecen preocupar a Bankinter, que parece estar acostumbrado a las batallas judiciales. Por el contario, el banco controlado por Jaime Botín prefiere fijarse en los otros productos que sus clientes aceptan y en la buena valoración que hacen de ellos.
La actitud de Bankinter no resulta ninguna novedad. Es cada vez más frecuente que los bancos culpen a sus clientes por haberse equivocado en la contratación de productos que se venden como un refuerzo, pero que en realidad son una apuesta. Un caso muy parecido es el de las permutas financieras del BBVA, acciones vendidas en 2007 con la promesa de recompra en 2010, tal y como les contábamos en Hispanidad el pasado miércoles. La filosofía es la misma: el cliente cometió un error se siente.
Rodrigo Martín
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