Alguien envió dos correos de la directora de producto de Banif, donde advierte que en caso de quiebra las autoridades estadounidenses no le dejarían caer

Probablemente un empleado arrepentido de Banif es quien ha provocado el huracán. La plataforma de afectados por Lehman (www.afectadosporlehman.com) se ha hecho con dos correos de la directora de producto de Banif, Rocío Ledesma, en los que se deja claro que la entidad de banca privada del Santander conocía la situación crediticia de Lehman, a pesar de lo cual no advirtieron a sus clientes y siguieron vendiendo bonos del banco de inversión norteamericano.

Por una parte, confiaba la directiva de la filial del Santander en que el Tesoro norteamericano no dejaría caer a Lehman, y, en segundo lugar, en que, aunque hubiera quiebra, la prelación de acreedores le permitía seguir vendiendo. Eso sí, no informaron a sus clientes del riesgo que asumían, y muchos de los afectados se quejan de que ni tan siquiera sabían qué banco estaba detrás de los productos que les habían garantizado.

Así, uno de los afectados ha publicado en el Foro un análisis sobre el caso que no tiene desperdicio. Otro apela al pitoniso Rappel, convertido en asesor de las sofisticadas mentes de Banif.

Mientras, Emilio Botín se niega a hacer frente a las pérdidas ocasionadas a sus clientes, al tiempo que la cúpula del Santander continúa barajando la posibilidad de cerrar Banif, una marca ya definitivamente condenada a una pésima imagen.

Quizás para mejorarla, el Santander se ha llevado a un buen número de periodistas bancarios españoles a Brasil, para que disfruten del Gran Premio de Fórmula 1 en el que se decide el campeonato, y que seguramente resultará tan emocionante como la cotización de los bonos Lehman. Quede claro que no se trata de un viaje de placer, porque, entre entrenamientos libres y Qually y Qually, les explicarán el plan estratégico del banco. Del Santander, no de Banif... ni de Lehman.