Sólo a través de la tradición católica y española se puede dar respuesta a la cantidad de ataques que recibe la Iglesia Católica.

Sr. Director:

Ahora que arrecian los ataques laicistas a la conciencia religiosa de la mayoría de los españoles resulta oportuno plantearse cuál es la respuesta más adecuada a los mismos.

El actual entramado multirreligioso y multicultural agrava la dificultad de plantear una oposición global y política al laicismo. La respuesta mayoritaria se limita a señalar que la conciencia religiosa forma parte de la intimidad personal, valor proclamado por la Constitución de 1978 como derecho fundamental, y que ni el Estado ni los poderes públicos pueden violentar. Sin embargo puede el católico, en consecuencia con su Fe, exigir algo más. En esta línea la respuesta tradicional del catolicismo español ha sido la de la Unidad Católica, respondiendo a un anhelo universal inscrito en toda sociedad humana: la de ostentar una ortodoxia pública, que en el caso de España ha sido la católica, por ser la religión histórica y mayoritaria.

En el ámbito teológico la misma es coherente con el mandato evangélico de "id y convertid a todos los pueblos" (Mateo 28:19) y con la enseñanza ininterrumpida de la Iglesia, confirmada y codificada en la Encíclica Quas Primas sobre la realeza social de Cristo.
Los pueblos y las naciones necesitan de un horizonte firme y la sabiduría de la Iglesia así lo confirma en su enseñanza secular sobre el deber de la comunidad política en torno a Cristo. Los tiempos actuales de ateísmo institucionalizado ya vemos el balance que nos dejan de egoísmo, miseria, destrucción de la familia, desaparición del orden y la autoridad.

La solución a todos estos problemas no hay que improvisarla ni inventarla, nos viene inscrita en nuestra propia tradición histórica católica y española.

Víctor Ibáñez Mancebo

victorjavierib@gmail.com