Las encuestas de CiU y del PP auguran una mayoría absoluta para una alianza entre la derecha catalana y la derecha española. Si Mas pacta con Piqué, el plan de Zapatero para que ministros de CiU entren en el Gobierno se iría al garete. Fuertes resistencias en la sociedad catalana al candidato Montilla

Las encuestas que manejan los nacionalistas catalanes de CiU para las elecciones el 1 de noviembre han convertido a su candidato, Artur Mas, en el político más feliz del país. Los nacionalistas lo atribuyen al fracaso del candidato Montilla, pues buena parte de la sociedad catalana considera que el hasta ahora ministro de Industria se vuelva contra Cataluña y contra los catalanes. Y también considera CiU que los republicanos independentistas de ERC han ido demasiado lejos y que la sociedad catalana empieza a temerles.

Pero si Mas está eufórico, el líder del PP en la región, Josep Piqué, aún lo está más. Una encuesta del principal partido de la oposición concluye que el PP obtendría 15 diputados, los mismos de los que dispone ahora. Para una formación política como la dirigida por Mariano Rajoy, que hace 6 meses barajaba la posibilidad de convertirse en una fuerza política absolutamente residual en Cataluña, mantener el número de escaños sería una gran victoria. Además, no olvidemos que Piqué insiste en gobernar en Cataluña apoyando a Mas como presidente de la Generalitat y a CiU como partido gobernante único.

La encuesta que maneja el PP supone un fuerte varapalo para el Tripartito. Las tres formaciones que lo componen PSC, ERC, ICV- obtendrían 60 diputados, 8 menos de los necesarios para la mayoría absoluta. CiU daría el gran subidón de 46 a 60, mientras que el PP lograría mantener su cuota de 15 escaños.

Recordemos que ahora mismo la composición es la siguiente. Los 135 sillones del Parlament se reparten de la siguiente forma: CiU, 46; PSC, 42; ERC, 23; PP, 15; ICV, 9.

En definitiva, sería matemáticamente posible un pacto CiU PP, aunque a día de hoy sólo lo desee el partido de Rajoy.

Recordemos que el pacto Zapatero-Mas consistía en que el líder nacionalista se convirtiera en Presidente de la Generalitat con o sin gobierno de coalición con el PSC. A cambio, dos o tres ministro catalanes entrarían en el Gobierno de España, con Durán i Lleida como ministro de Exteriores. Hasta ahora el único problema para llevar a efecto ese pacto era que José Montilla se negaba a renunciar a la presidencia de la Generalitat y conformarse con ser Conseller en Cap. Pero ahora ha surgido otro enemigo : CiU podría utilizar al PP y, así, no mojarse en el gobierno de España. Al único que no le gusta esta posibilidad es al precitado Josep Antoni Durán i Lleida. Como buen mamporrero del pacto Zapatero-Mas, Durán i Lleida es quien más tiene que perder. Por eso, es el político catalán que más duras críticas está realizando a la tibia postura del gobierno Zapatero a la hora de defender la aplicación del nuevo Estatut.

Respecto al PP, hay que decir que el partido no sueña con entrar en el gobierno de la Generalitat. Se conforma con que no entre el PSC y con que el nacionalismo moderado catalán no se aleje definitivamente de un acuerdo con la derecha española.

Y una consecuencia económica. Dado que Zapatero ha fracasado en su defensa de la OPA de Gas Natural sobre Endesa, CiU intenta acelerar la fusión entre Repsol, GN e Iberdrola. Es decir, que antes tenía como opositor a Manuel Pizarro y ahora tienen a Ignacio S. Galán.