Es, sin duda, una de las películas del año, en la que el actor Ben Affleck vuelve a demostrar que tiene un gran futuro como director.
La operación de la CIA y los hechos que narra Argo no fueron desclasificados por esa Agencia de Inteligencia hasta el año 1997. El actor, y también director, Ben Affleck los ha trasladado a la gran pantalla en una emocionante película.
Sitúense a finales del año 1979, el Sha de Irán, enfermo de un cáncer, ha huido y se ha refugiado en Estados Unidos, mientras las autoridades islámicas de su país exigen su regreso para ser ajusticiado. Ante la negativa de devolverlo, una turba fanática asalta la embajada de Estados Unidos en Teherán y retiene a su personal, salvo a seis personas que logran escapar y esconderse en la embajada de Canadá. Desde EEUU se pone en marcha una peligrosa operación para sacarles de Irán… Una farsa consistente en fingir que los huidos formaban parte de un equipo de cine que iba a filmar una película titulada Argo…
Retengan el título de esta película, Argo, porque se encuentran ante "Cine con mayúsculas". Un thriller político de campanillas que no sólo muestra el valor y el honor de un hombre y la colaboración de dos Estados en una misión especial, sino que deja clara la amenaza que para Occidente suponen aquellos países islámicos donde cualquier occidental es visto como un enemigo.
Filmada con una gran maestría, Argo cuenta con un arranque ágil y un desarrollo trepidante que mantiene en vilo a cualquier espectador, de principio a fin del metraje. A ello también colaboran las geniales actuaciones de Alan Arkin y John Goodman, que encarnan a dos personajes del mundo del cine implicados en la farsa, que dieron credibilidad al disfraz del agente de la CIA, encarnado por Ben Affleck, encargado del rescate.
Este fin de semana puede hacer muchos planes pero uno que no les defraudará es ir al cine y contemplar Argo.
Para: Los que les guste el "Cine con mayúsculas"