Génova se prepara para futuras crisis internas

A pocas horas del comienzo del Congreso del PP de Cataluña, la maquinaria de Génova pisaba el acelerador. El miércoles conocíamos la imposición de Alicia Sánchez-Camacho como intento de candidatura única, que provocó la retirada de Daniel Sirera y Alberto Fernández Díaz. Por eso, la nueva candidata a la presidencia del PP de Cataluña, ha tenido que buscar a marchas forzadas los avales que le permitan postularse. Lógicamente, muchos de los avales ya estaban repartidos entre las tres candidaturas. La candidatura impuesta intenta obtener la confianza de quienes apoyaron a los otros dos candidatos, pero quienes firmaron a favor de la candidata que no se retiró, Montserrat Nebrera, también reciben presiones. La presentación de avales duplicados supondría la anulación de ambos, por lo que este tipo de "errores" perjudicaría a quien creía haber acabado su recopilación de apoyos, Nebrera, que suma esta desventaja a la de no ser la candidata oficial.

El entorno de Rajoy piensa por una parte que la presentación de más de una candidatura ofrece una imagen de división, pero la jugada de esta semana ofrece imagen de escasa democracia en el seno del partido. Por otra parte, aunque parece haber escampado en el PP, el vicesecretario territorial del partido, Javier Arenas, cree que no las tiene todas consigo y está preparándose para una futura crisis interna. De hecho, Sánchez-Camacho fue subdirectora General de Formación y directora del Instituto de Seguridad e Higiene en el Trabajo en los tiempos en que Arenas llevaba la cartera de Trabajo. Hasta las pasadas elecciones, Sánchez-Camacho había sido diputada por Barcelona en el Parlamento autonómico y aspiraba al Parlamento nacional desde Gerona, pero no obtuvo el escaño. De esta forma, si la candidata oficial alcanza la Presidencia del PP de Cataluña, el partido se encontrará con una bicefalia.

Por cierto, no es la primera polémica interna en la que se ve implicada Sánchez-Camacho, ya que formó parte de la comisión redactora de la ponencia política del pasado congreso nacional del PP, la misma que provocó la marcha de María San Gil.