Sr. Director:

Bernat Soria fue fichado hace unos añitos a bombo y platillo por la Junta de Andalucía como si se tratase del mismísimo Ramón y Cajal redivivo, hasta el punto de concedérsele automáticamente la medalla de Andalucía y la puesta a su disposición de personal investigador, avanzados medios técnicos y una generosa dotación económica.
 
Las investigaciones de Soria, decían, iban a acabar con el Párkinson, el Alzheimer, la Diabetes, y unas cuantas enfermedades degenerativas, colocando a Andalucía en la vanguardia del progreso médico y científico. Pero mientras que las investigaciones con células madre no embrionarias están consiguiendo importantes logros, los trabajos de Soria descuartizando embriones humanos no han dado resultados reseñables.

Repentinamente, nuestro subvencionadísimo y condecoradísimo investigador es nombrado ministro de Sanidad, lo que significará el impepinable abandono de sus tareas para ocuparse de las nuevas labores ministeriales y del Nobel de honestidad a ZP. Intentando justificar su espantada tras su imperiosa vocación ministerial, Soria ha asegurado que el programa de investigación con embriones humanos, para el que le fichó la Junta de Andalucía, no sólo no se parará, sino que, aun disminuyendo en cantidad, «ganará en calidad» desde su sillón de ministro. O sea, que ganará en calidad... ¿debido a su ausencia? Pues que deje cuanto antes de ser ministro, a ver si también ganamos en calidad sanitaria.

Miguel Ángel Loma Pérez

malomap@telefonica.net