Un directivo de Banesto, viejo amigo de la familia Botín, se acercó a la presidenta del banco, Ana Patricia Botín, para saludarle con dos efusivos ósculos. Como si hubiese sido picada por una víbora cornuda, Ana Patricia retiró su noble rostro y le espetó:
- ¿Le dabais dos besos a Alfredo Sáez cuando era presidente de Banesto? Pues, a mí, tampoco.
El aludido se quedó abochornado y chasqueado. Sobre todo, porque la pareja estaba rodeada de otros altos cargos de la entidad financiera. Uno de los presentes comentaba que la presidenta andaba cargada de razón. En efecto, él jamás le daría dos besos a Alfredo Sáez.
Sea como fuere, desde entonces, consejeros, empleados, proveedores prestatarios y clientes en general del Banco Español de Crédito se cuidan muy mucho de saludar a la presidenta de forma tan afectuosa. Se conforman con darle la mano, que resulta mucho más profesional.
Y la verdad es que Ana Patricia Botín tiene toda la razón: tanto besuqueo empieza a resultar cargante. ¡Bien por Ana Patricia!
¿Mantendrá la misma costumbre cuando suceda a su padre como presidenta del Santander Central Hispano?