Sr. Director:
Con los datos estadísticos en la mano, los agricultores y ganaderos tienen motivos sobrados para quejarse, según se ha manifestado recientemente: en los últimos cinco años, los costes y los bajos precios a los que se les pagan sus productos han hecho que la renta agraria haya descendido un 26 por ciento de forma general, lo que traducido en realidades prácticas quiere decir que muchas explotaciones agroganaderas han desaparecido y otras están a punto de hacerlo porque viven por debajo del umbral mismo de la rentabilidad.

 

Las cifras que se han aportado en tres regiones concretas son claras: en Extremadura se cifran en unas tres mil las explotaciones agrarias que han desaparecido en los dos últimos años; en Andalucía, un tercio de las caprinas han cerrado sus puertas en los últimos tres años; y en Castilla y León, el cierre ha afectado a 4.558.

Y si el campo va mal, el resto de los sectores económicos de los pueblos van mal, reflexiona en el Diario Hoy de Badajoz el propietario de un concesionario de coches, maquinaria agrícola y taller mecánico, porque en la mayoría de estos núcleos rurales el peso de la agricultura y la ganadería es enorme, y con ello su incidencia en el progreso local.

Creo que tanto los agricultores y ganaderos como los pequeños empresarios rurales tienen motivos más que sobrados para quejarse.

Domingo Martínez Madrid