Por supuesto, tanto en Endesa como en Iberdrola evitan cualquier asomo de malos modos: estamos entre caballeros. Pero eso no quita, naturalmente, que mientras en Iberdrola recuerdan los fallos de Endesa, en ésta última, siempre sin citar, recuerdan lo bien que les va en Portugal, donde Iberdrola tiene un verdadero problema con la portuguesa EDP.
Ahora que se ha abierto el mercado eléctrico ibérico, Endesa recuerda que tiene un acuerdo con el grupo industrial luso para actuar en el mercado liberalizado, donde posee una cuota del 30%. Lo cual es muy encomiable, pero haría bien Manuel Pizarro en vigilar a Belmiro de Acevedo, una de las grandes fortunas portuguesas con una especial habilidad para operar en los mercados financieros en detrimento del pequeño accionista. Y si no, que se lo pregunten a los pequeños accionistas de Tafisa.