Si quiere destronar a Galán, Florentino necesita ayuda externa. Dicho de otra forma: no puede cumplir con el mandato de Moncloa de que Iberdrola siga siendo española. Necesita que EDF asuma todo el protagonismo y lance una OPA. Tampoco puede vender Fenosa para comprar Iberdrola sin que el balance de ACS se derrumbe. Toda la estrategia de ACS parece consistir en elevar el precio de Iberdrola para obtener una plusvalía

Si el presidente de ACS, Florentino Pérez, quiere destronar al presidente de Iberdrola, Ignacio S. Galán -y parece que ese es el gran objetivo- necesita ayuda externa. Ahora bien, esa ayuda puede venir de EDF o de E.ON, pero entonces Pérez estaría incumpliendo la orden de Moncloa -quien inició todo este proceso- de que Iberdrola continúe siendo una compañía española.

Hispanidad ha encargado a un equipo que estudien la inversión de ACS en Iberdrola (con derivados, un 12,8%) y los resultados no pueden ser más duros para el inversor: el apalancamiento de ACS se ha disparado y el informe concluye que la única salida de la constructora es elevar a través de rumores sobe fusiones los títulos de Iberdrola y librarse de la quema. Pero eso poco tiene que ver con los deseos del Gobierno de que Iberdrola continúe siendo la primera eléctrica española.

Un segundo informe se refiere a la posibilidad, filtrada por ACS a la prensa, de que la jugada consistiera en vender Fenosa para comprar Iberdrola. Ahora bien, se hundiría todo el balance y el beneficio de la constructora, y no es previsible que eso gustará a los hermanos March y a los primos Albertos.
Para entendernos: las normativa contable afirma que uno puede consolidar el 100 por 100 de los resultados –y activos- de una compañía filial siempre que se tenga el control de la gestión o la mitad más uno del Consejo. Por eso en 2006 se dispararon los resultados de ACS, dado que metió, todo entera, a Unión Fenosa, por esta modalidad. Si no posees esa mayoría ni ese control, está obligado a consolidar por puesta en equivalencia: introduces los dividendos que te corresponden y a correr.

Esta es la cuestión, que la primera opción, siempre filtrada desde ACS, controlar el 25% de Iberdrola, no sirve, y supondría para ACS, y sus tres grandes accionistas (Florentino Pérez, el grupo March y los Albertos) un desastre de grandes proporciones.