• La constructora está patas arriba pero la familia mallorquina considera que, en tiempos de tribulación, de nada sirve un cambio en la Presidencia o el nombramiento de un Ceo.
  • Respecto a la eléctrica, se esperará a que repunte la cotización para vender.
  • En Hochtief, el encargo es controlar la sociedad, hoy en pérdidas. Se buscan gestores españoles para Alemania y Australia.
  • Por cierto, la consolidación de empresa germana distorsiona la cuenta de resultados.

ACS presentó sus resultados 2011 en tiempo de descuento, como corresponde a su presidente, Florentino Pérez (en la imagen), que también es presidente del Real Madrid: el 29 de febrero, año bisiesto, por la tarde. Unos resultados que resultan engañosos al ser el primer ejercicio en el que se consolida por integración global la alemana Hochtief, que ha pasado de ser la estrella de la corona a un losa muy, muy pesada, pero que, a 31 de diciembre, lucen bonito.

Más allá de los maquillajes contables, la situación real de ACS es muy dura. Tanto es así que los March, principal accionista, han decidido no echar a Florentino Pérez. En tiempos de tribulación, poco se gana colocando un consejero delegado, aunque los mallorquines están un poco hartos de la obsesión personal de Florentino Pérez contra el presidente de Iberdrola, Ignacio Galán: cinco años de pérdidas y de derrotas jurídicas.

Por tanto, se ha firmado una paz condicionada: Pérez seguirá siendo presidente de ACS pero renunciará a controlar Iberdrola. De hecho, en cuanto puedan, es decir, en cuanto no haya minusvalías o cuando necesiten liquidez venderán parte de su 7% del capital de Iberdrola. Y si no, a seguir cobrando dividendos.

Y a todo esto, ¿qué pasa con ACS? Pues que está hecha unos zorros. La consolidación por integración global de Hochtief distorsiona la cuenta de resultados. Se dobla la facturación pero con una deuda creciente y cada vez más peligrosa. ACS ha entrado en la misma dinámica de deuda que Sacyr y todos sabemos a dónde conduce eso. Los activos para la venta, según el propio balance los pasivos ligados a entidades en venta, rozan los 5.000 millones de euros. Eso significa, en pocas palabras, que si se logran vender Urbaser, Clece o lo que queda de la división de Renovables, la ganancia real será cero o menos algo.

Y la deuda corporativa sigue refinanciándose, es decir, aumentando su peso, aunque ACS lo venda como una victoria.

Por otra parte, Hochtief está descontrolado, y su actividad en Australia aún más. Ahora se buscan gestores españoles para Alemania y para Australia, algo difícil de conseguir e incluso un arma de doble filo, pero lo cierto es que ahora mismo, el futuro de ACS es un campo de minas que ya depende más de Hochtief que de Iberdrola.

Eso sí, el Real Madrid es el principal nominado para ganar la Liga de Fútbol.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com