Los franceses exigen, al menos, el 50% y ACS amenaza con abrir un segundo frente con E.ON. El problema sigue siendo el mismo: Florentino no tiene suficiente dinero. Para Moncloa, todo es aceptable -a partir del 10 de marzo- mientras puede decir que Iberdrola no ha dejado de ser española. A pesar del palo de Rajoy, Pérez asegura que se ha ganado la voluntad de la figura emergente del PP, Esperanza Aguirre, y que el partido apoyará el troceo de Iberdrola.  Con quien sí ha fracasado Pérez es con Repsol: Brufau irá a la guerra -y Sacyr también-, si se empeñan en que participe en la operación

El presidente de ACS, Florentino Pérez, no descansa. El viernes contábamos la orden de Moncloa, empeñada en enmendar la metedura de pata del presidente Zapatero ante Sarkozy: la orden es que Iberdrola tiene que seguir siendo española. Se dice por decir, dado que aún hoy, en el PSOE siguen diciendo que Endesa es española por el hecho de que la preside José Manuel Entrecanales y porque Acciona posee un 25% del capital.

El caso es que el plan inicial de ACS se ha difuminado. Como se recordará ese plan consistía en que EDF lanzara una OPA sobre Iberdrola a la que ACS no acudiría. A cambio, se llevaría un 13% de los activos de la compañía, activos que uniría a Unión Fenosa y a Gas Natural. Sin embargo, la orden de Moncloa le impele a modificar la situación: ahora Pérez negocia con EDF cuánto se queda cada uno. Los franceses, que ya soñaban con un 87% no quieren ni oír hablar de nada que les deje por debajo del 50%, más aún cuando se pregunta, como todo el mundo, de dónde va a sacar dinero a la endeudada constructora para plantear la batalla. Por supuesto, Pérez amenaza con ofrecerle el pastel a Alemania, en concreto a E.ON, que también estaba preparando su plan de asalto a Iberdrola. No olvidemos que E.ON también preparaba su asalto.

Otro problema: el "no" del Partido Popular. Cuando en ACS se las prometían más felices con el apoyo de la derecha, surge otro problema añadido. Mariano Rajoy declara (sábado 9) que le parecía "de risa" que el Gobierno francés se queda con Iberdrola. Florentino contraataca: e inmediato, se reúne con la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, figura emergente del Partido Popular, y que aún lo será menos si Rajoy pierde las elecciones. La promesa es que el PP se pondrá de canto si los franceses entran en Iberdrola, pero ojo, es la promesa de Aguirre, toda una liberal.    

Con quien sí ha fracasado Florentino es con Repsol. Deseoso como está de encontrar financiación, incluso debajo de las piedras, Pérez creía que podía doblarle el pulso a Antonio Brufau a través de La Caixa. Introducir a Repsol en la operación suponía un salto cualitativo muy importante. Sin embargo, Brufau se niega en redondo a entrar en una operación con Fenosa, Gas Natural y los despojos de Iberdrola. Y Sacyr, el principal accionista de la petrolera, le apoya con entusiasmo. Por cierto, si hay unas relaciones frías entre dos grupos constructores ahora mismo, no lo duden. Sacyr y ACS.

A todo esto: ¿alguien ha reparado en que estamos hablando de troceo y desguace de la principal compañía eléctrica española? Al parecer no. Todo muy patriota.