Primera medida del nuevo secretario general de Naciones Unidas, el coreano Ban Ki-Moon y ya enseña la patita. Como ‘afiliado' al Nuevo Orden Mundial (NOM) el señor secretario acaba de nombrar representante de la ONU para el cambio climático, nuevo concepto-estrella del NOM, al ex presidente chileno, Ricardo Lagos, que será acompañado en tan laudatoria labor por la insigne noruega Gro Harlem Brundtland y el inefable coreano Han Seung-Soo. Noticias Globales nos informa de la biografía de estas tres buenas piezas. Sólo falta la irlandesa Mary Robinson y la paquistaní Nafis Sadik, el dúo que, junto a la noruega, constituyeron, en tiempos de Kofi Annan, una especie de trío de la bencina, un peligro para la vida de los seres humanos sobre el planeta Tierra.

Porque, a la postre, todos los movimientos del NOM, catapultado desde Naciones Unidas acaba en lo mismo: el desarrollo sostenible no es más que aborto y anticonceptivos para, en lugar de reducir el hambre reducir el número de hambrientos, que hay que reconocer es una medida muy eficiente contra la pobreza.

Lo de las políticas de género o el derecho a la salud reproductiva no necesita explicación: esterilización y aborto masivos. No sólo masivos, sino obligatorios, instrumentados a través del Protocolo CEDAW y otras maravillas ONU.

La biodiversidad o la Carta de la Tierra consisten en igualar el valor del hombre con el del chimpancé, la ameba o la coliflor. Todas las especies. animales o vegetales, tienen el mismo derecho a la subsistencia. El enemigo de todas ellas es el depredador, el hombre.

Lo del calentamiento global y el cambio climático es muy similar. Se trata de consumir menos energía, so riesgo de que perezcamos todos en un futuro no muy lejano, es decir, inminente. Ahora bien, sin energía el hombre no puede vivir, y con poca energía vive fatal. La única solución, por tanto, consiste en tener pocos hijos, preferiblemente ninguno. Y si ya por el mismo precio –otro de los grandes inventos ONU- todos nos volviéramos homosexual, incapaces de procrear, seguramente habríamos llegado al universo perfecto: el hombre cedería su primogenitura, por ejemplo, a la víbora cornuda o al buitre leonado, preciosos animalitos que, por culpa del hombre depredador, seguramente están en peligro de extinción.

Y a todos esos inventos ONU –el cambio climático es el más novedoso, pero no el único- se opone la pesadísima, lamentable, obsoleta y cavernícola Iglesia Católica. Que es todo eso, sí, y además terriblemente insensata: anima a la gene a traer niños a un mundo tan peligroso como esté, globalmente recalentado y climáticamente cambiante… cambiante a peor, se entiende. Niños que consumen oxígeno, y cuanto más felices son, más oxígeno consumen… y más alimentos, y más agua, y más energía… ¡Un horror!

Par mí que alguien le tiene manía al ser humano.

Eulogio López