Ni Mariano ni ZP hablaron de aborto

Segundo debate entre Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy. No se lo van a creer pero El País, Público, La Vanguardia -El Conde de Godó es ya conocido como el aristócrata de Rubalcaba- y El Periódico, así como Cuatro, La Sexta y RTVE. Aseguran que ZP arrasó: "Zapatero tumba a Rajoy", sentencia El País quien, como es habitual en el Grupo, en cuanto contempla la posibilidad de perder dinero pierde el ‘dominus tecum' y se aplica a que gane quien le cubre de favores.  

Reparen en que a lo largo de los más de 100 minutos de debate, si lo prefieren, uno ni otro atajó el derecho a la vida o, el derecho al aborto. Justo el día en que se presentaba en España La Moratoria contra el aborto, donde científicos, empresarios, filósofos, embajadores, presentadores de TV, periodistas... firmaban la moratoria, es decir, la petición la Naciones Unidas de que establece una moratoria sobre el aborto. Ex comunistas como José Luis Garci, filósofos comecuras como Gustavo Bueno, ejecutivas como Magda Salarich o periodistas chillones como José María García. Es la noticia de apertura de Gaceta de los Negocios, y hay que felicitarles por ello.

Estas personalidades no tenían por qué firmar la moratoria. Ocurre que el problema del aborto es que no se vea. En cuanto se ve, aunque hay que ser muy salvaje para seguir hablando de derecho al aborto, y hasta los progres contumaces pasan a hablar de lo que es: un asesinato del ser más inocente y más indefenso.

Sin embargo, ni ZP ni Rajoy consideraron necesario hablar del aborto. Ambos dan por hecho que la ley no hay que moverla, es decir, que España debe seguir siendo el paraíso mundial del aborto, mientras consideran de muy mal gusto a esos grupúsculos chillones que cuestionan la ley. Como dijera ZP: "No quieren cambiar la ley, quieren -¡qué horror!- abolirla". Pues sí señor, eso es justamente lo que queremos. Abolirla y que el Estado ayude a la madre gestante tentada de abortar por su penuria, su soledad o por la propaganda de la industria abortera. Por cierto, en este punto, habrá que repetir que no es la mujer la que está marginada en la sociedad actual, sino la madre, que no es lo mismo.

ZP y Rajoy no hablaron de aborto... aunque sin derecho a la vida no hay ningún otro derecho.

El eslogan electoral de Familia y Vida asegura que "Es cuestión de tiempo" que el mundo caiga en la cuenta de la mayor bestialidad, del mayor genocidio, de los civilizados tiempos modernos: la matanza del que no puede rebelarse. No sólo es el mayor genocidio, sino el más cobarde. Pues bien, ese día está llegando. Una vez más, la historia se salva gracias a la perseverancia de la Iglesia y, con ella, de la gente que ama la vida. Porque sólo hay dos tipos de personas: las que disfrutan de la vida y las que se sienten morbosamente atraídas por la muerte.

Por eso no podemos votar ni al PP ni al PSOE, porque ambos son aborteros. Es cuestión de tiempo, que el mundo cambie. Y el momento está llegando. Y cuando cambie el viento a favor de la vida, cambiará con él todo el sistema político tal y como lo conocemos ahora. Y en ese nuevo sistema no tendrán cabida los Aznar, los Rajoy, los Zapatero, los González... toda la clase política española que tan vergonzosamente ha permitido el mayor genocidio de la historia. Es cuestión de tiempo.

No olvidemos que el aborto es mucho más que el aborto, es toda una filosofía de vida, una cosmovisión. Hasta hoy, defendida por una minoría... llamada a ser mayoría en muy breve plazo. Cuestión de tiempo.

No queremos realidades, queremos promesas

En teoría los medios y periodistas españoles están polarizados a favor y en contra de PSOE y PP, pero lo cierto es que, a favor o en contra, todos responden a los mismos hábitos Por ejemplo, en esta campaña electoral se ha puesto de moda afirmar, muy solemnemente, que "mi" candidato sí que hace propuestas, mientras el otro -sea el azul o el encarnado- se ha dedicado a mirar al pasado.

Por ejemplo, Pepiño Blanco ha amanecido el martes con la solemne afirmación de que ZP se ha planteado un plan de futuro. Ahora bien, el futuro es un niño en las rodillas de los dioses, y lo más fácil para un político es hablar del futuro, y lo más duro remitirse al pasado. Por ejemplo, a ZP le queda muy bien advertir que va a triplicar el número de viviendas públicas a construir en un año, desde las 50.000 a las 150.000, pero lo que importa son las 50.000 construidas, porque es el "triple" no sabemos si lo va a lograr, o sencillamente si lo va a cumplir.

Sin embargo, el futuro vende. Se hacía realidad una modelo de hacer política perfectamente resumido en una pintada que procede de Iberoamérica: "No queremos realidades, queremos promesas". Hay que reconocer que la promesa son castillos en el aire pero mucho más agradables.

Eulogio López

Candidato por Familia y Vida al Congreso de los Diputados