No es ningún secreto que he sido candidato de Familia y Vida hasta anteayer. ¿Por qué dejé de serlo, siendo que continúo creyendo en sus principios? Por un motivo lejano y otro próximo.

El lejano, más de serio, era el de la confesionalidad y todo lo que ello conlleva. Como es una palabra maldita, tan malinterpretada como la de libertad, lo plantearé en términos de laicidad. En otras palabras, los dirigentes de Familia y Vida siempre han tenido un especial interés, yo a veces le llamaría obsesión, por aparecer desligados de cualquier concomitancia cristiana (y les aseguro que nunca he entendido el porqué).

Y así llegamos al segundo motivo de mi deserción de Familia y Vida. Como ya he dicho, sólo veo cuatro formaciones políticas en España que defiendan los valores no negociables de Benedicto XVI (vida, familia, libertad de enseñanza y bien común): CTC, Familia y Vida, Alternativa Española (AES) y Solidaridad Internacionalista (SAIN). Por tanto, dos meses atrás un grupo personas creamos la Plataforma de Valores No-Negociables, que pretendía que las cuatro formaciones renunciaran a sus siglas y presentaran una lista blanca al Parlamento Europeo, lista que vendría apoyada por asociaciones que también defienden dichos principios. SAIN se quedó fuera de las negociaciones desde un principio, entre otras cosas porque no sabía si se iba a presentar, AES y CTC apostaron fuerte por la lista única, con el objetivo de lograr hacerse con un eurodiputado y romper el cerco impuesto por el sistema partitocrático actual. Pero Familia y Vida, por boca de su presidente, Rafael Llorente, se cerró en banda: no admitió ni la lista blanca ni la plataforma de valores no negociables, que al parecer sonaba muy confesional.

De ahí mi sorpresa cuando veo los dos vídeos de la formación, el uno con el propio cabeza de lista, el preciado Llorente, y el segundo con una voz en off, recitando... los cuatro valores no negociables cuyo copyright, le pese a quien le pese, corresponden a alguien tan poco laico como el Papa de Roma, para ser exactos sacados de la Sacramentum Caritatis.

No es importante, pero es significativo de lo que está pasando. Contamos con una clase política sectaria, ideológicamente corrupta -y a veces, no sólo ideológicamente-, empeñada en mantener el establecimiento y en evitar la regeneración de la vida pública con la entrada de nuevos elementos. Un nuevo elemento, al que seguramente votarían los 11 millones de católicos que acuden a misa los domingos, un partido que defendiera los valores no negociables, desde la derecha, como AES y CTC, desde la izquierda, como SAIN o desde una postura temática -cada día menos temática- considerando los precitados vídeos. Un partido en suma que defienda los derechos del hombre, la libertad y la justicia. O sea, los principios no negociables. O sea, la nueva ideología, la única capaz de enfrentarse al actual monolítico, monocorde, aburrido y homicida sistema de poder.

Eulogio López

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