Insisto en prestar atención a SAIN, el partido de izquierda que defiende los valores no negociables.

No lo verán en los medios del oligopolio informativo que controla el mundo informativo y que castiga a los disidentes con el silencio, pero sí preocupa a los radicales abertzales -que vienen de berza-, que días atrás interrumpieron violentamente un acto de SAIN celebrado en Pamplona. Y es que al igual que el PP no puede soportar que Alternativa Española le recuerde su cobardón apoyo al aborto, a la izquierdona le produce grima que un partido católico le pase por la izquierda y que SAIN defienda la vida y la familia al tiempo que recuerda los argumentos de justicia social de los que hace tiempo abjuró la izquierda, empezando por el PSOE y terminando por los separatistas, como, por ejemplo, el hecho de que 3.000 millones de personas sobrevivan con un euro al día mientras la subvención europea por vaca nos salga por 3.

Y ambas cuestiones entran dentro de los valores no negociables, única frontera ideología que nos queda en el siglo XXI y único programa político por el que merece la pena luchar. SAIN da el do de pecho en la defensa de la vida humana -también fueron agredidos en Santiago de Compostela por defender la vida humana, por unos energúmenos feministos -es decir, gilipollas- al grito de Nosotras parimos nosotras decidimos.

¿Izquierdistas defendiendo la vida humana desde la concepción? Es lo lógico, no debería extrañarnos. Todos los  que defendemos los principios no-negociables, vengamos de la derecha o de la izquierda, acabamos coincidiendo en las mismas propuestas: SAIN y AES se confunden a pesar de venir de dos predios bien distintos.

Costará unirlos, y se acabará produciendo dicha unidad porque si los hechos son tercos, las convicciones lo son aún más. ¿Y qué late al fondo de su unidad? Su confesionalidad cristiana está clara: AES -ahora aliada de los conservadores británicos cara al Parlamento Europeo pero dejando claro sus diferencias- mientras que SAIN es el brazo político del Movimiento Cultural Cristiano.

Recientemente, una de las líderes de SAIN, Ana María Solano, participad junto al líder de AES, Rafael López Diéguez, en uno de los pocos programas de debate que aún quedan en la TV española dignos de ser seguidos Contracorriente, de Popular TV. El derechista Diéguez se acercó al izquierdista y le dijo: es mucho más lo que nos une que lo que nos separa. Y, en efecto, les une los principios no-negociables.

Reflexión que igualmente puede extrapolarse a PP y PSOE. Si se piensa un poco, a ambos les une el posibilismo, las mismas leyes antinatalistas, antifamiliares -aunque el PP, pudorosamente, se niegue a llamar matrimonio a las uniones de dos gays -libertad de enseñanza- el PP quiere que la educación la controlen los empresarios, el PSOE opta por que la controlen los funcionarios, ambos se oponen a que el poder educativo lo ejerzan los padres. Respecto al bien común, ambos son capitalitas protectores de banqueros especuladores y de grandes constructores apalancados.

Así pues, ¿qué diferencia a ZP y a Rajoy? Algo muy importante: Ambos quieren sentarse en Presidencia del Gobierno y sólo hay un sillón.

En cualquier caso, para quien crea en los principios no-negociables ya tiene dos operaciones a quien votar en conciencia y en coherencia: SAIN y AES. Ahí comenzará la regeneración política de una política podrida: la española.
PD: Por cierto, no dejen de echarle un vistazo a esta espléndida información de periodismo ciudadano -bloguera- que nos indica que cuanto antes comience la regeneración, mejor: En 2008 los eurodiputados del PPE y del PSE pulsaron el mismo botón en el 97% de las 535 votaciones nominales y sólo se enfrentaron en 18 ocasiones. Durante la última legislatura los diputados de PP y PSOE en el Parlamento Europeo votaron juntos en el 67,9% de las ocasiones: http://eleccionesalparlamentoeuropeo.blogspot.com/ Eulogio López

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