Se consumó la estafa de los plutócratas: el pueblo paga a los ricos
El Partido Demócrata se han comportado como lo ha hecho durante los últimos 30 años: como los progres de Estados Unidos.
El Plan Bush constituye uno de los mayores atentados contra uno de los principios no negociables para el cristiano en política, los que expresó Benedicto XVI: el bien común. Aquí se ha invertido tal principio: esto es, el conjunto de los norteamericanos, pagarán hasta 700.000 millones euros -serán muchos más, ya lo verán- durante un par de generaciones, para que una minoría de rentistas, parásitos de la economía real, pueda mantener, no sólo su nivel de vida, sino su codicia especulativa, esa codicia de la economía virtual que ha provocado la actual crisis económica.
Los demócratas, dirigidos por ese personaje nefando que es -católica nominal y abortera real y, naturalmente, multimillonaria- Nancy Pelosi y con el aplauso de Barack Obama, se han comportado con la hipocresía habitual de los progres europeos, cuyos principios han aceptado con sumisión bovina: han aprobado el plan del republicano George Bush y se han puesto a la cabeza de la manifestación, es decir, han sangrado al pueblo, pero, eso sí, han dejado claro que los líderes de los bancos caídos no deben cobrar sus blindajes o, al menos, deben cobrar menos. ¡Pobrecitos!, como si no tuvieran ya el riñón bien cubierto.
En cualquier caso, fariseísmo puro, el de Obama: sí, Bush tiene la culpa y los personajes más visibles del Wall Street les daremos una toba, más bien tobita, y con ello el pueblo pagano se dará por satisfecho.
Ahora resulta que Bush es progresista
Respecto a Bush, la verdad es que el presidente se ha comportado como el plutócrata que es: más pendiente de su clase -los millonarios- que del bien común de los norteamericanos. Observen la farsa: Bush es ahora aplaudido por la progresía europea que le ha crucificado durante ocho años, mientras 'los malos', los ultra-conservadores, son los republicanos que se han opuesto a la monumental estafa.
En la mañana del lunes, uno de esos lamentables periodistas que la progresía española ha encumbrado debido a su imparable sectarismo, que no talento, recordaba, con el índice acusador, que algunos congresistas y senadores republicanos todavía se oponían, a última hora, al Plan de Bush. Pero ya se sabe que, en la sociedad de la información, la verdad es nominal: basta con calificar al adversario, es decir, al que defiende al más débil, como fascista o ultra-conservador a los que se preocupan por el pueblo y ya les hemos anulado ante una opinión pública bovina, pues está casi condenada a escuchar lo que le cuentan los miedos del sistema, en concreto los todopoderosos editores de la televisión.
La buena solución era la ultraconservadora
¿Cuál era la solución que imponía el valor no negociable del bien común? Pues que los bancos quebraran y que no se utilizara el dinero de todos para pagar el desaguisado de los especuladores. Como mucho, para satisfacer el ahorro de los depositantes menudos, es decir para un ahorro asegurado mínimo. Y cuidado, que los especuladores han conseguido una gran victoria semántica: utilizar como sinónimos los términos 'ahorrador' e 'inversor', en concreto inversor financiero. Y no es lo mismo: el ahorrador no especula, el inversor en finanzas siempre lo pretende.
Con ello se conseguiría terminar con la especulación (con el Plan Bush continuará) y utilizar el dinero público para inversiones públicas que reactiven la economía o para bajar los impuestos y reactivar el consumo y la economía real, pues Estados Unidos se encamina hacia la recesión.
Ahora sí que Obama tiene el triunfo al alcance de la mano
Y John McCain acaba de perder su gran oportunidad de ser presidente. Ahora sí que creo que sobre el mundo, no sólo sobre Estados Unidos, va a caer la maldición Obama, un personaje vacuo, retórico, fiel valido de la 'New age' y del Nuevo Orden Mundial (NOM), dispuesto a cargarse todos los principios no negociables: vida, familia, bien común, libertad religiosa y libertad de enseñanza. Ahora sí que creo en la victoria de quien, probablemente será el presidente más desastroso que haya tenido Estados Unidos. Y con él, no lo duden, comenzará el declive de los Estados Unidos.
Con el Plan Bush se ha apagado toda idea de justicia social.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com