Los dos candidatos caen las redes de Bush

John McCain continúa cometiendo errores de bulto. Tras ocultar bajo la alfombra a su mejor baza, Sarah Palin ahora asegura que abandona la campaña electoral para dedicarse a la crisis financiera, con lo que muchos que dudaban han dejado de dudar: McCain tiene miedo a debatir con Obama, recitan los demócratas.

La verdad es que un candidato electoral debe dedicarse a explicar lo que hará si gana las elecciones con el desastre de Wall Street, pero no ponerse el sombrero de legislador. La aportación de Obama ha sido muy pobre y puede concretarse en dos aspectos: regulación, más que nada porque McCain era el des-regulador, pero sin mayores explicaciones y aceptando implícitamente el plan Bush y que se reduzcan los multimillonarios blindajes de los causantes de la debacle, los jefes de los bancos de inversión, algo muy lógico y que el Gobierno federal se ha apresurado a aceptar.

Pero, por lo demás, hay que insistir: ni Obama ni McCain se han atrevido a decir lo que tantos callan, también en Estados Unidos: No se pueden empelar medio billón de euros en dinero público en arreglar el desaguisado causado por especuladores. Resulta una broma demasiado pesada. Hemos pasado de la banca. No puede cobrar a la Bolsa no puede quebrar, y seguimos sin saber por qué, tanto en un caso como en otro.

Es más, se han prestado a acudir a la Casa Blanca para reforzar, en un ambiente de unidad nacional frente a la crisis, un plan que les va a salir a los contribuyentes estadounidenses por los 700.000 millones de dólares. Ambos, Obama y McCain, están con el sistema financiero.

Y lo malo es que el único contribuyente de base que existe entre los nominados es la oscurecida Sarah Palin. Los otros tres, Obama, McCain y Biden, forman parte de la clase alta, cuando no millonaria del país, y con ninguno de los tres pueden sentirse muy identificados los estadounidenses, al menos si hablamos de nivel económico.

Con todo, por el momento las encuestas dan ganador a Obama pero ni mucho menos por el margen necesario para estar seguro de su victoria el próximo 4 de noviembre.

¿Qué vota el católico?

El mestizaje constituye la gloria de estados Unidos contra la que se opone lo peor del Partido Republicano -Arnold Schwarzenegger, sin ir más lejos- y lo peor del demócrata, los WASP tipo Joe Biden o los negros resentidos y perpetuamente quejumbrosos (un estilo del que se acusa a Barack Obama) dispuestos a la quejumbrosidad permanente, a que todo el país les pague, justamente a él, a Obama, la esclavitud que sufrieron. En cualquier caso, uno de cada 10 habitantes de Estados Unidos tiene un ancestro que pasó en la isla de Ellis, ubicada en la bahía de Nueva York, donde paraban los inmigrantes antes de acceder al país.

Hoy, la minoría más importante no es negra, ni irlandesa ni italiana ni hispana, una población que ha traído su fe católica. Y al igual que irlandeses e italianos han dado un giro copernicano respecto a la colonización anglosajona, que aniquilaba a los indígenas mientras la católica intentaba elevarlos en lugar de eliminarlos. 

En cualquier caso, el mestizaje no se ha producido en Estados Unidos, pero sí estamos camino de un mestizaje católico, el credo más en alza entre todas las razas. A pesar de los casos de pederastia -exagerados hasta la saciedad- el prestigio de la Iglesia en USA es cada vez mayor y los católicos representan ya un tercio de la población. Los obispos estadounidenses no se andan por las ramas. Son durísimos tanto con Joe Biden -católico abortista- como con las posturas ultras de Obama en materia de defensa de la vida y de la familia, a lo que hay que unir la influencia de Palin en el voto católico, casi siempre demócrata, pero que ahora podría volverse republicano.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com