Siete años del 11-S: las diferencias entre España y USA
Lo decía el 'aeromozo', para los españoles, un americano arquetípico. El diálogo transcurrió en un avión Delta, Nueva York-Madrid. Un grupo de turistas andaluces explicaban al ‘aeromozo' que el Gobierno Aznar mintió el 11-M -una mentira tan acrisolada contra la que es imposible luchar- y que por eso, Zapatero había ganado las elecciones.El azafato responde: "Pues si el 11-M hubiera ocurrido en Estado Unidos, habríamos obligado a Aznar a que siguiera en la Presidencia para que arreglara el asunto". Eso fue, precisamente, lo que hicieron los estadounidenses con George Bush en 2004: Arréglelo usted.
Momentos antes, nuestro analista improvisado había dicho que él estaba en contra de la Guerra de Irak, pero su respuesta marca la diferencia entre España y Estados Unidos. ¿Que el radicalismo musulmán ha asesinado a 3.000 norteamericanos? Pues todos juntos, unidos a un presidente, creamos o no creamos en él, le vamos a dar para el pelo al enemigo exterior. Y se meten en la desastrosa -ojo, e injusta-, guerra de Irak, una guerra exterior.
¿Que el radicalismo islámico ha asesinado a 192 españoles? Pues la reacción española es justo la contraria. Cambiamos de Gobierno -ergo hacemos que los terroristas ganen la partida- y, en lugar de declararle la guerra al fanatismo mahometano declaramos la guerra civil... según marca la tradición.
Con un añadido peligroso: el 11-S provocó en Estados Unidos un aumento de los gastos militares no cuestionado ni por los republicanos ni por los demócratas. Era lógico: se trataba de defender, no ya a la patria, sino su estilo de vida y su sentido de la vida. En España, por contra, surgió el síndrome de Estocolmo, es decir, la cobardía, porque buena parte de la población, encabezado por el Gobierno ZP, desprecian su sentido de la vida, es decir, su historia e identidad, y lo único que quieren conservar de su estilo de vida es su capacidad de compra.
Se cumplen ahora siete años desde el 11-S, y los norteamericanos están empezando a cansarse de pagar con sus vidas la defensa de Occidente, mientras los europeos imparten lecciones de pacifismo. Entre Barack Obama y John McCain las diferencias no radican en si había que responder o no al 11-S. Ambos creen que sí. Lo que Obama afirma de la política Bush es que la repuesta no fue la adecuada. En España, lo que impone nuestra progresía, con Zapatero a la cabeza, es responder con diálogo y entendimiento, que fue, exactamente, la respuesta que ZP que dio a la invasión rusa de Georgia. La dureza sólo para en enemigo interno, que es el realmente peligroso porque es quien puede arrebatarte La Moncloa.
Hoy, siete años después del 11-S, McCain reprocha interesadamente a Obama que no sería capaz de defender a los norteamericanos de otro 11-S. ZP continúa reprochando a Aznar que apoyara la guerra de Irak. En USA, por encima de las diferencias, el culpable del 11-S es Ben Laden, no George Bush; en España, el culpable del 11-M es Aznar, no es Ben Laden, sino José María Aznar.
Eulogio López
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