La campaña en la WWW. En Internet, organización es degradación y triunfar es morir

En el enorme kiosco de la estación central de Nueva York, el New York Times dispone de una docena de estantes.

El resto, también los diarios hispanos, están apilados en un mismo basar. Es decir, la prensa seria no tiene competencia, como no la tiene el Washington Post en la capital, como no lo tiene el Wall Street Journal en la City, ciudadela no estrictamente geográfica pero ubicada, en un 90%, en la ciudad de Nueva York, como lo tiene el Herald Tribune, creado por dos diarios locales, en la ciudadela diplomática. No hay competencia en ese producto del siglo XX llamado periódico. Cuando los últimos dinosaurios fenezcan, Internet tomará el relevo.

Recientemente he leído en la prensa española -por supuesto en la prensa independiente de Internet- que Internet está acabando con la prensa gratuita, que atraviesa una crisis pavorosa. No es verdad. Internet es un sector de muchos pequeños, que le está quitando influencia, no dinero, a la prensa tradicional. Es la prensa gratuita -o popular, los conocidos tabloides anglosajones, de a dólar el ejemplar- la que le quita dinero, que no influencia, a la prensa tradicional, un sector de pocos grandes, producto de la espantosa concentración editorial que terminó por repartir el ciberespacio en un oligopolio de multimedias y que a punto estuvo de terminar con la libertad de prensa en el Occidente libre. Se salvó por la llegada de Internet, la prensa independiente de la Red, los blogs y el periodismo ciudadano, que a veces se confunde con la información-comunicación interpersonal que circula por el correo electrónico-.

Como el poder no pudo cerrar ese paraíso de libertad -y de bestialidad, claro, porque lo uno siempre va unido lo uno a lo otro- que representa la WWW decidió combatir pero ha fracasado por dos razones: por estructura de costes -lo propio de ese espacio de libertad cibernético es la micropyme, hasta el punto de que crecer en Internet es morir y porque a la prensa agonizante le corresponde un lenguaje periodístico objetivo, mientras a la prensa digital le corresponde un lenguaje explicativo, menos objetivo y más sincero-.

Me explicaré de otra forma: la diferencia no es que la prensa de papel sea objetiva e imparcial y la electrónica sea subjetiva y parcial. La diferencia es que la primera lo niega y la segunda no tiene problema alguno en aceptarlo. Y, como acepta su parcialidad, y no la oculta, es mucho más honrada que los medios tradicionales, prisioneros de lo políticamente correcto, sometida a los dictados del poder. ¿Qué poder? El poder cultural, naturalmente, el que, hasta el siglo XXI, y por más de 100 años, han impuesto los grandes editores y los periodistas famosos.

Así que Internet se está apoderando, lógicamente, de la batalla Obama-McCain. La prensa tradicional se empeña en atribuir el nuevo periodismo a la galaxia Obama, porque consideran que los republicanos son paquidermos -eso tiene su lógica- alejados de las nuevas tecnologías. En cualquier caso, han destacado que en la Convención del partido demócrata, celebrado en Denver, había dos tipos de cronistas: los de prensa, radio, TV y -ojo- páginas WEB de estos multimedia, y los blogueros, el quinto poder del periodismo independiente de Internet. Estos tenían su propio proceso de acreditación, no válido para las salas de prensa. Es decir, que Internet comenzaba a formar parte del Sistema. Y en Internet habrá que insistir, organizarse es degradarse y triunfar es morir.

En España se han destacado dos blogs de éxito: el de Arianna Huffington y el de Markos Moulitsas. Los blogueros no son más que periodistas que no han cursado la carrera de periodismo, pero ese no es el problema. El problema es que "Huffinton Post" ha tenido tanto éxito que Arianne se pasea por la convención demócrata rodeada de admiradores deseosos de conocer su último análisis y su penúltima quiniela. Los economistas de moda y alguna actriz inequívocamente progresista, se pasean por sus pantallas e intentan ser citadas o entrevistas en el blog.

Moulitsas (Dailykos) coloca las cosas en su lugar: Asegura que no somos imparciales porque es imposible ser imparcial, pero "somos honestos, no mentimos". Sí, el periodismo internetero es más sincero que el tradicional, pero corre el riesgo de morir de éxito, que es de lo que murió su adversario.

Además, es la prensa tradicional, la moribunda, quien homologa el nuevo periodismo digital con el progresismo, y éste con Obama. Lo cual no quiere decir, que el periodismo de Internet sea "progresista". En Europa, por ejemplo, los políticos progresistas -toda la izquierda y el 80% de la derecha- se han visto sorprendidos porque el periodismo internetero es lo que ellos llaman conservador, y que siempre se llamó humanismo cristiano, a su vez un eufemismo de cristianismo a secas.

Es curioso que todos estos blogueros aseguran luchar por Barak porque John, el malvado John McCain, le está denigrando, cuando lo cierto es que los progresistas de Barak Obama se han lanzado a una de sus más hipócritas y sanguinarias campañas, en las que vale todo, incluidas las bofetadas mirando hacia otro lado, y las patadas en nombre de los principios, para linchar a Sarah Palin, por el simple hecho de que no es progresista.

No, Internet no va a hacer ganar a Obama, ni Internet está representado por una serie de blogs de éxito. De hecho, desde que tienen éxito ya no pertenecen a la Red, sino al Sistema. Han sido engullidos por él.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com