En los cambios de la Ley del Aborto, que debería ser derogada y no reformada, la ministra de sanidad ha aseverado que se incluirán ayudas, de todo tipo, para que las mujeres no aborten.
Por otra parte, la Asociación de Clínicas Acreditadas para la Interrupción del Embarazo (ACAI) afirma que "casi siempre son inmigrantes que no tienen a sus padres con ellas, o adolescentes de familias desestructuradas". "Cerca del 90%" de las menores que acuden a abortar lo hacen acompañadas. Son adolescentes entre 15 y 19 años.
El Instituto de Política ha hecho una extrapolación por la que se habrían realizado más de 110.000 abortos el pasado año.
El Síndrome post aborto está demostrado científicamente; lastra psicológicamente a muchas mujeres que han abortado y que le dura toda la vida. Acaban recordando lo que hicieron al ver a otros niños de la edad que podría haber podido tener el suyo.
Desde la Fundación Madrina se ofrece un programa bajo el lema "Sé tú misma". "En el que trabajamos el acompañamiento a través de madrinas, hogares y abuelas-madrinas que acompañan y dan el cariño que les falta a jóvenes de entre los 11 y 20 años para seguir adelante con su desarrollo psicoafectivo.
Por otra parte, resaltan las noticias de la tasa de defunciones por suicidio que se alzan. En el caso de adolescentes que resolvieron abortar, cerca de 35 por cada 100.000, proporción tres veces mayor a la de las mujeres en edad reproductiva que no abortaron, según una investigación divulgada en Finlandia. El mismo testimonio alegó el Catedrático de Psicopatología de la Universidad CEU-San Pablo, Aquilino Polaino, que juzgó de "alarmantes" los corolarios del estudio del Royal College of Psychyatrists que declara que "el aborto multiplica por tres la incidencia del suicidio en las mujeres".
La institución abortista más significativa del universo, la Federación Internacional de Planificación Familiar de Estados Unidos, ha aseverado que: "la incidencia del trauma post-aborto, para jóvenes de abortos quirúrgicos, puede llegar a alcanzar hasta el 91% de los casos".
Las mujeres que abortan miran con indiferencia la muerte de sus propios hijos. Vivimos en una cultura de la muerte, que nos rodea con un egoísmo feroz y ningún respeto por la vida humana de un ser nonato, inocente e indefenso.
El doctor Nathanson, adelantado defensor del aborto en los Estados Unidos, incluido el de su propio hijo, afirma afligido: "La Humanidad hoy se arrepiente de la esclavitud de ayer, y pronto se avergonzará del crimen del aborto".
Clemente Ferrerclementeferrer3@gmail.com