La economía de China se enfría, con dos datos significativos: la inversión en activos cae a mínimos históricos en los siete primeros meses, mientras se debilitan las ventas minoristas. Ocurre además en plena guerra comercial con Estados Unidos, que ha tenido de momento efectos limitados.
En concreto, la inversión en activos se desacelera a un 5,5% por la debilidad de la demanda interna, el menor nivel desde que hay registros (1996), cuando se esperaba que creciera un 6%.
Las ventas al por menor, por su lado, crecieron un 8,8%, cuando se esperaban que aumentaran un 9%.