Un brillante y joven ingeniero es fichado por un Ceo, especialista en rescate de tesoros hundidos en el mar, para adentrarse en las profundidades de la entidad bancaria más señera de nuestro país con el objeto de perpetrar un robo casi imposible, que se celebrará durante el mundial de futbol de 2010, aprovechando el impresionante bullicio que se organiza en la calles de alrededor.

Como otras películas de “ladrones de guante blanco”, Way Down narra una historia sencilla pero efectiva mientras insiste en la máxima del “más difícil todavía”, de  ahí que la planificación del robo y su ejecución son entretenidísimas llevadas a la pantalla, más aún al estar bien engrasadas la parte técnica y la parte artística. Porque esta película lo que posee es una factura visual propia de las grandes sagas de acción como Misión Imposible donde profesionales como David Gallart, en el montaje, o Patrick Salvador, en el diseño de producción, han dado el do de pecho. El segundo reconstruyendo con patina de autenticidad las probables instalaciones del banco, con sus zonas subterráneas inaccesibles, su cámara acorazada y los millones de litros de agua desatada que hacen cualquier atraco imposible y el primero haciendo un montaje de imágenes picado, lo que favorece el ritmo ágil de la película.

En cuanto al elenco es de campanillas formado por actores internacionales como Freddie Highmore, (conocido en el mundo entero gracias a la serie The Good Doctor) y nacionales como José Coronado, Luis Tosar y Emilio Gutiérrez Caba.

Thriller de acción y aventura, uno de los aspectos más complejos de la película fue el rodaje, en numerosas jornadas en exteriores  de localizaciones tan emblemáticas de Madrid como la Plaza de Cibeles, en la que se llegaron a reunir a más de un millar de figurantes para recrear la celebración del Mundial 2010 o las escenas con agua. El argumento ha sido escrito y rescrito por solventes guionistas hispano y angloparlantes como Andrés Koppel, Borja González Santaolalla, Rafael Martínez, Michel Gaztambide y Rowan Athale.

Asombra favorablemente que la dirección de esta película haya recaído en Jaume Balagueró un director curtido en el género de terror con películas como Los sin nombre o la saga de REC, que ha hecho muy bien en aceptar un proyecto con el que va a conseguir que lo conozca un público diferente, más adulto, que se percatará de su pericia en el rodaje y buena planificación de las secuencias de acción.

Eso si, sobra el vulgar comentario sobre el rey Emérito.

Para: los que les gusten las entretenidas películas de ladrones de “guante blanco”.