Sr. Director:

La vida humana no admite recortes, seguro que estos días en los que estamos celebrando el nacimiento de Jesús lo entendemos mejor, ni se puede defender a plazos. Debe ser promovida y defendida desde su inicio, en la concepción, hasta su muerte natural. Cualquier otra componenda, sea por el interés que sea, nos aboca a la situación en la que estamos. La pendiente resbaladiza sigue en aumento.

En la actualidad, los tres casos para los que se despenalizó en su día el aborto suponen solo el 9% del total de los abortos que se producen. Y, por si fuera poco, el Gobierno prepara una ley aún más ideológica, permisiva e inhumana, en el contexto también de la ley de eutanasia, con las dificultades que se pretenden poner a la objeción de conciencia y el nuevo delito que se estaría tratando de pergeñar contra las personas provida. Todo ello nos ofrece razones suficientes para alzar la voz y agradecer a tantas personas que apuestan por una cultura de la vida, fundamento de una sociedad mejor para todos.