Sólo recordar que hay curas valientes, más valientes que muchos de sus jefes, los obispos españoles, cuyo atronador silencio ante lo que está ocurriendo resulta eso mismo: atronador... a fuer de lamentable
Cansan tanto en su estulticia, su mentira, e incompetencia, no solamente demostrada, sino también presumida por el actual Gobierno, que no voy a hablar de ellos. Pero aunque al Gobierno le de igual quiénes y cuántos fallecieron, y tenga la caradura de promover un homenaje a mayor gloria y publicidad del propio Gobierno; mi pregunta es ¿Y la Iglesia Católica qué?
Soy español, católico, apostólico y romano; y pertenezco a una “generación difícilmente irrepetible”, a la que pertenecían la mayor parte de los fallecidos. Se puede afirmar con muy poco margen de error que un 80% de los fallecidos en esta pandemia, que estamos pasando, eran españoles y católicos.
Me he sentido, y lo digo con dolor y no como reproche, abandonado por mi Iglesia. Y no por mi Dios. Los supermercados funcionaron y las personas que nos atendieron, cuidaron con riesgo de su vida, para que no nos faltasen alimentos para el cuerpo; pero mi Iglesia me privó del alimento para mi alma. ¿Acaso no era también imprescindible?
Y ahora pregunto: ¿No va la Iglesia Católica a promover un funeral de Estado, por los fallecidos? ¿No es esto más útil para ellos, ya que creemos en la otra Vida, que el inútil homenaje - ¡por haber muerto muchos de ellos por la incompetencia del Gobierno!- que se ha propuesto para el día 16 de este mes? El homenaje se va a realizar en la Plaza de la Armería del Palacio Real.
¿Por qué no realizar un funeral de Estado, con la presencia del Rey y con aquellas autoridades que quieran asistir, dos horas antes del homenaje convocado por el Gobierno? Se podría convocar y realizarlo en la explanada de la catedral de la Almudena.