- La ciudad condal se convierte en el paraíso de los antisistemas anti-propiedad privada.
- Una nueva noche de disturbios de los antisistema se vivió ayer en el barrio barcelonés de Gràcia.
- Se reprodujeron los enfrentamientos entre jóvenes antisistema y fuerzas antidisturbios de los Mossos d'Esquadra, que comenzaron el desalojo del llamado "banco expropiado".
- Los Mossos consideran que se trata de un grupo organizado de unas 200 personas que buscan "provocar miedo". Al parecer, lo están consiguiendo.
El
barrio barcelonés de Gràcia ha vivido este martes una nueva noche de disturbios y enfrentamientos entre jóvenes y fuerzas antidisturbios de los
Mossos d'Esquadra. Los incidentes comenzaron este lunes tras el
desalojo del "banco expropiado", una antigua sucursal bancaria que fue ocupada en 2011, informan
agencias.
Los disturbios han comenzado porque algunos de los manifestantes han conseguido reabrir las puertas del "banco expropiado" que fueron tapiadas este lunes tras el desalojo. Varios jóvenes han logrado introducirse de nuevo en la oficina, lo que ha generado la intervención de los
Mossos d'Esquadra.
Tras la llegada de los antidisturbios,
algunas personas han volcado 14 contenedores y han lanzado objetos contra las fuerzas policiales, que han realizado cargas. Finalmente, los Mossos han vuelto a desalojar a los jóvenes que habían entrado en el banco y ha acordonado la zona.
Varias personas han sido identificadas por la policía pero no hay constancia por el momento de que se hayan producido detenciones, han explicado fuentes policiales a Efe. Además, cuatro agentes de los Mossos han resultado heridos leves y no consta que ningún manifestante haya requerido asistencia de los servicios sanitarios.
Los Mossos consideran que se trata de un grupo organizado de unas 200 personas que busca "provocar miedo".
Oficialmente, la alcaldesa de Barcelona,
Ada Colau, condenó la violencia, y se ofreció a mediar para buscar otro espacio para los desalojados. Pero lo cierto es que desde que Colau gobierna Barcelona, la ciudad se ha convertido en el
paraíso de los okupas violentos.
Andrés Velázquez
andres@hispanidad.com