• El presidente sirio Bashar al Asad considera indispensable el éxito de la coalición contra "el terrorismo" (yihadista) que formaron Siria, Rusia, Irán e Irak.
  • Pero para su homólogo turco Recep Tayyip Erdogan, la campaña emprendida por Moscú es "inaceptable".
  • A EEUU, Francia y Reino Unido tampoco les gustan los bombardeos rusos. Pero mientras, el Estado Islámico sigue en pie.
  • El secretario de Defensa de EEUU dice en España que "va con el barco que se hunde" y que la postura rusa es contradictoria.
Los aviones rusos bombardearon, por quinto día consecutivo, varios objetivos en Siria y destruyeron posiciones del grupo yihadista Estado Islámico (EI). El Kremlin indicó que sus aviones Sukhoi hicieron "20 salidas" en 24 horas y bombardearon "10 blancos del EI". Pero activistas y opositores denuncian que los aviones rusos están atacando también zonas residenciales y bases de brigadas rebeldes. El presidente sirio Bashar al Asad consideró, por su parte, indispensable el éxito de la coalición contra "el terrorismo" que formaron Siria, Rusia, Irán e Irak. "Debe tener éxito, si no toda la región será destruida y no sólo uno o dos países", avisó en una entrevista. "El precio a pagar será seguramente alto", añadió Asad, que se mostró convencido de las grandes "posibilidades de éxito" de esa coalición. Pero los países occidentales volvieron a lamentar que esos bombardeos golpeen, sobre todo, a los grupos rebeldes enfrentados a Asad, no sólo al Estado Islámico, informa AFP. Este lunes, el secretario de Defensa de EEUU, Ashton Carter, de visita oficial en España, ha dicho que Rusia "echa gasolina al fuego" con sus ataques aéreos en Siria. Ha añadido que su dicho que Putin "va con el barco que se hunde" y que su postura es "poco útil y contradictoria". Y al escepticismo de los países occidentales se le ha unido el del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan (en la imagen) quien declaró que la campaña emprendida por Moscú es "inaceptable", informa Efe. El jefe del Estado turco aseguró que ya le expresó la postura turca a su homólogo ruso, Vladímir Putin, durante una reciente conversación telefónica. "Le he dicho que eso es un error. Eso puede ser una señal de un paso que podría llevar al aislamiento de Rusia en la región", dijo. "Lamentamos que esos pasos se hayan dado sin tener en cuenta a un país como Turquía", insistió Erdogan antes de recordar que su país tiene 911 kilómetros de frontera con el país árabe en guerra civil. Consideró además que tanto Rusia como Irán pagarán un precio histórico por apoyar al régimen del presidente sirio Bashar al Assad. Por otra parte, reiteró su postura contraria a armar a los kurdos en Siria por implicar supuestamente armar así a los miembros del YPG, la rama siria del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) que Ankara combate por considerarlo un grupo terrorista. Claro que la tibieza de Erdogan con el Estado Islámico -incluso su amistad con el yihadismo- no es nueva. Así que no es de extrañar que no le gusten los bombardeos rusos. El presidente estadounidense, Barack Obama, consideró, también, que "está claro" que las fuerzas rusas en Siria "no distinguen entre el Estado Islámico y la oposición moderada suní y eso es una receta para el desastre". "Rechazamos la teoría de Rusia de que cualquiera que esté contra Assad es un terrorista", señaló Obama. Y como explicamos, expresaron también recelo el ministro francés de Exteriores, Laurent Fabius, y su homólogo británico, Philip Hammond, quien insistió en la importancia de que Rusia sea capaz de demostrar que los bombardeos se dirigen "únicamente contra el EI y no contra la oposición moderada al régimen de Al Asad". Pero mientras prosigue toda esta polémica, el Estado Islámio sigue en pie. Andrés Velázquez andres@hispanidad.com