- El beneficio de la compañía alcanzó los 166 millones de euros, tres veces más que el de 2014.
- La telebasura es rentable, especialmente para Vasile, que cobró 2,5 millones de euros.
- Eso sí, los minoritarios que se fastidien: el 30% de los accionistas votaron contra el salario del consejero delegado en la última junta general.
- Pero no les servirá de nada: como la telebasura vende, la cotización de la compañía ha subido más de un 9%.
- Al parecer, los inversores no se han leído los tratados de ética.
Buenos r
esultados los de Mediaset en 2015. Los ingresos crecen en el año un 4,3% que, unido a una reducción de costes del 2,5%, generan un incremento del resultado bruto de explotación, el Ebitda de los anglosajones, del 36%. A partir de aquí, los márgenes siguientes son cada vez más crecientes. El resultado neto de explotación aumenta un 42% en el mismo periodo. Una compañía con un endeudamiento financiero casi inexistente no tiene gastos financieros y ello, unido al buen comportamiento de las sociedades en las que participa, que este año producen beneficios en lugar de pérdidas, como en 2014, le dispara el crecimiento del beneficio un 156%, antes de impuestos, y un 180% después de impuestos, en el ejercicio que acaba de cerrar.
Está claro que la telebasura es rentable, especialmente para
Paolo Vasile (
en la imagen). El consejero delegado ganó 2,5 millones de euros en 2015, 817.000 euros más que en 2014, según el
informe remitido este jueves a la CNMV. Una cantidad nada despreciable y que los minoritarios consideran excesiva: el 30,6% de los accionistas votaron en contra de las remuneraciones de los consejeros en la última junta general.
El balance, saneadísimo, no como otras del sector (esperamos a mañana para ver lo que es ya un auténtico muerto viviente que no tiene prisa por abandonar el mundo de los vivos). La compañía no tiene, como ya hemos dicho antes, endeudamiento más allá del crédito de sus proveedores pero, en cualquier caso, financia el 77% de su activo con fondos de los accionistas.
La generación de caja es extraordinaria. La que le genera el negocio ha crecido un 64% en 2015, lo que le ha permitido financiar a pulmón libre, sin ayuda de nadie, la inversión más importante de una compañía de estas características: la producción de contenidos y la adquisición de derechos de emisión y reproducción.
Los accionistas, muy contentos (menos por el sueldo de los consejeros): han percibido de la sociedad 286 millones de euros en el ejercicio, 48 de ellos en forma de dividendo y el resto en forma de recompra de acciones por parte de la compañía. Es lógica esta recompra porque a
Mediaset le sobran recursos por todos lados y si no tiene más planes de inversión que los anteriores, los de su negocio de toda la vida, donde mejor está el dinero es en el bolsillo de sus accionistas. La liquidez de la empresa, por tanto, se ha reducido, pero es que no tiene sentido atesorarla porque sí. Tiene más que suficiente.
La acción, como un tiro. Como la telebasura vende, la cotización de la compañía ha subido más de un 9%, en una jornada en la que el Ibex ha repuntado algo más de un 2,5%. Al parecer, los inversores no se han leído los tratados de ética. Ahora bien, en los últimos doce meses su comportamiento bursátil no ha sido, sin embargo, bueno: ha perdido más del 19%, aunque es cierto que el del índice del que forma parte ha sido sensiblemente peor. El Ibex 35 ha perdido, en el mismo periodo, casi un 26%.
Rodrigo de Silos
rodrigode@hispanidad.com