- Las cuentas del primer semestre son buenas.
- El mercado ibérico del seguro se despereza.
- El beneficio crece y la generación de recursos también.
- Y a pesar de las dificultades en Brasil o en Turquía, aprovecha su gran diversificación.
Mapfre tuvo un vía crucis como Dios manda en nuestro país el año pasado. El lastre del negocio en España derivó a una importante reducción del resultado a lo largo del ejercicio 2015, indigestión que parece superada con la evolución del primer trimestre del presente curso. Cierto que también jugó su papel el tipo de cambio, pero España no tiraba el año pasado. La búsqueda de crecimiento en activos rentables suscitó que los ingresos en el 1T2016 recogieran una leve caída del 3,4%, evolución que se reflejó en un resultado atribuible de 191,7 millones.
A lo largo el primer semestre la cosa parece diferente, con un
crecimiento del negocio importante desde el inicio de la crisis en el mercado íbero. Un crecimiento del 9,4% es más que suficiente para reflejar una mejora de la actividad, mejora que no sólo se produce por estas tierras sino que crece en todos los mercados en moneda local. Lamentablemente el
efecto tipo de cambio juega un papel importante lo que deriva en una depreciación de los ingresos en los países de
Hispanoamérica, especialmente en
Brasil.
En el total de la actividad, Mapfre ha conseguido un beneficio de 380 millones de euros, un importante incremento del 20,5% respecto del mismo periodo del ejercicio anterior. Esta evolución deriva fundamentalmente de una
mejora en la gestión dado que tanto las primas como los ingresos se mantuvieron fundamentalmente estables. Los
ingresos en el primer semestre quedaron fijados en 14.641 millones de euros, un 0,8% más que el ejercicio anterior, mientras que las
primas disminuyeron en ese mismo porcentaje, hasta los 12.080 millones.
Desde el punto de vista de la gestión de ahorros se han incrementado en un 6,2% respecto al ejercicio anterior, hasta los 40.627 millones de euros. La evolución positiva del mercado español se produce en todas las ramas. Las primas en Iberia, que ya representan el 30,7% del mercado, se elevaron en un 8,7% respecto al mismo periodo del ejercicio anterior, y el beneficio bruto derivado creció un 25,9%, hasta los 365 millones. Por otra parte, los resultados financieros evolucionan positivamente, con una
importante rebaja de los gastos financieros, consecuencia de un mercado monetario invadido de dinero. Si los títulos que vencieron en noviembre devengaban un cupón del 5,125%, los bonos actuales pagan un rendimiento de sólo el 1,625%, un rendimiento exiguo.
Dada la
diversificación de negocio de Mapfre, la evolución en Brasil y la delicada situación económica que arrastra el país han conllevado a una caída de los ingresos, consecuencia del deterioro de valor del real brasileño. Debemos recordar que Brasil ya representa más del 12% del negocio del grupo frente al 30,7% del negocio en Iberia, que debe ser el futuro nombre de la combinación de negocios de España y Portugal, esperemos que por absorción.
El amplio espectro de diversificación afecta incluso a participaciones en filiales en
Turquía, algo inusitado en la actualidad en el proceso de golpe de Estado al que está sometiendo Erdogan a su país, con la excusa de la chapuza militar de hace unas semanas. En cualquier caso,
Fitch mantiene una calificación positiva de la filial Mapfre Genel Sigorta. Seguramente no tendrán coberturas por el "human disaster" de su gobierno.
Rodrigo de Silos
rodrigode@hispanidad.com