- Antonio Llardén promete que seguirá aumentando un 5% anual y que en 2016 se situará en 1,39 euros por acción.
- Es un reclamo 'jugoso', en el escenario actual de tipos, pero que beneficia sobre todo a fondos e inversores institucionales.
- Gana un 1,5% más (312,7 millones), pero el ebitda cae un 6,6% (685 millones) por los mayores gastos de explotación.
- Ha invertido 409,5 millones de los 430 previstos para el año y la deuda sigue en el mismo nivel de 2014: 4.051 millones.
- Los resultados no convencen a la bolsa: los títulos, penalizados en los últimos meses, vuelven a caer.
Los resultados de
Enagás hasta septiembre parecen un calco del balance del primer semestre, incluso en las grandes magnitudes. El beneficio neto crece, como entonces, 1,5%, hasta 312,7 millones de euros, pero el ebitda (resultado bruto de explotación) cae proporcionalmente más, un 6,6% (685 millones). No obstante, espera cerrar el año con un aumento del beneficio neto del 0,5%, según el presidente de la compañía,
Antonio Llardén (
en la imagen).
La cuenta de resultados no es muy alentadora, pero cumple con las expectativas respecto al beneficio pero se queda por debajo respecto al ebitda, por los mayores gastos de explotación. Influyen ahí los cambios de contabilización de las filiales
Al-Andalus y
Extremadura y el mantenimiento del almacenamiento hibernado de
Castor. No obstante, se han compensado por la vía de los ingresos (de 12,9 millones por el Castor).
No es casual que en bolsa baje este martes (en torno al 0,45%). Ahora cotiza a 26,6 euros tras el máximo anual del 28,47 del 27 de abril.
El principal atractivo de Enagás no ha variado: es el dividendo, más
jugoso en un escenario de tipos de interés como el actual, aunque sus accionistas son fundamentalmente fondos de inversión. La SEPI tiene un 5%, lo cual abre no pocas interrogantes teniendo en cuenta que es una infraestructura básica del Estado (como la eléctrica REE). En julio abonó 0,78 euros brutos por acción en concepto de dividendo complementario de 2014. En total, 1,32 euros. El dividendo se irá incrementando a un ritmo anual del 5% y se situará en 1,39 euros en 2016 y en 1,46 euros en 2017, según Llardén. Es el reclamo, como digo.
En el horizonte pesa también el horizonte electoral. Hay que tener en cuenta que Enagás está en un
sector fuertemente regulado y un gobierno cercano a según qué ideas más intervencionistas puede influir en su marcha económica.
Los ingresos caen un 1% (920,7 millones), debido al famoso
impacto regulatorio, que le ha supuesto 59,6 millones menos compensados en parte por la contabilización de 17,7 millones de ingresos extraordinarios.
La compañía continúa su línea de inversiones, y durante este periodo esta cifra asciende a 409,5 millones (159,9 4 en España y 252,6 en el ámbito internacional) cuando el objetivo para todo el año es de 430 millones.
Entre las
inversiones, destacan las siguientes: la realizada para adquirir el 50% de Swedegas por 96,5 millones; la del 30% de la planta de regasificación de Saggas por 60,9 millones y un 10% de Bahía de Bizkaia Gas (BBG) por 11,6 millones, que eleva la participación en esta sociedad hasta el 50%. Además, en julio anunció la compra de un 4,34% de Transportadora de Gas del Perú, por 97,4 millones de dólares.
También la deuda está en línea con lo esperado por los analistas: 4.051,7 millones de euros. Está, por tanto, prácticamente al mismo nivel en el que acabó 2014 (4.059,1 millones).
La
demanda de gas ha aumentado un 5% (231.060 GWh), en línea con las previsiones de la compañía -es el mayor aumento desde el inicio de la crisis, ha dicho Llarden-, gracias al mayor consumo de gas para el sector eléctrico ( 20,6%) por la menor hidraulicidad y la menor generación eólica, así como al incremento de la demanda convencional ( 1,9%%) por unas temperaturas más bajas en invierno y a la recuperación económica.
Rafael Esparza
rafael@hispanidad.com