- Con su huida de EEUU, tras la fusión con Allegan, se ahorrará 19.000 millones en solo un año.
- Pero es apenas la punta del iceberg de una conducta con la que las multinacionales eluden anualmente 240.000 millones.
- En Europa, los casos más clamorosos son los de Apple (Irlanda), Starbucks (Holanda) o Amazon (Luxemburgo).
- Sobre McDonald's, otro que tal baila, la acusación de Bruselas es más grave: no ha pagado impuestos desde 2009.
- Lo peor: se reduce la recaudación fiscal en países como España, que la necesitan para financiar los servicios públicos.
Hay dos tipos de multinacionales en lo que
elusión fiscal se refiere, las que trasladan su sede a países con una fiscalidad más ventajosa o las que, directamente, no pagan sus impuestos aprovechando la ingeniería fiscal o las lagunas legales. Son dos modos de engañar.
La
OCDE puso el grito en el cielo por esta cuestión en septiembre -en la
cumbre de Lima- y recibió el respaldo del G-20 después, en la
cumbre de Turquía, pero todo queda, a juzgar por los resultados, en agua de borrajas. La conclusión es obvia: acumulan demasiado poder y los intereses se reparten como en
club de amiguetes.
A las multinacionales que trasladan su sede al postor más conveniente -Irlanda, Holanda o Luxemburgo, en los países europeos- se ha incorporado ahora
Pfizer, que se va a Dublín para ahorrarse 19.000 millones anuales. Es uno de los objetivos de la fusión de la farmacéutica americana con la irlandesa
Allegan. Con domicilio en Irlanda, la tasa impositiva es del 17%, no del 25%.
No es una sorpresa en la larga lista de estas empresas. Es la misma razón, por ejemplo, por la que
Apple tribute también en Irlanda;
Amazon en Luxemburgo, o
Starbucks en Holanda. Y hay otras multinacionales, como
McDonald's, que directamente no pagan impuestos en Europa, al margen del beneficio, porque recurren a fórmulas de
ingeniería financiera aprovechando los vacíos legales. Bruselas ha acusado a la filial europea de la multinacional de no pagar un euro en Luxemburgo desde 2009.
Pfizer, como digo, es el último caso. Prefiere tributar en Irlanda, como la catalana
Grifols, porque le sale más barato. Y cuando Irlanda se ponga en orden -ya lo ha anunciado- buscará otro domicilios, por ejemplo en India. Lo cual no deja de ser sorprendente, sobre todo porque deja al descubierto la complicidad soterrada entre distintos gobiernos europeos para dejarse
robar impuestos que les corresponden. Eso, o son tontos, directamente.
Está claro, en cualquier caso, que la cuestión no es menor, porque del mismo modo que Pfizer o Grifols pretenden pagar menos, los Estados afectados también reducen su recaudación fiscal. En otras palabras, las arcas públicas cuentan con menos fondos para para financian los servicios públicos que prestan.
Y a eso se añade otra cuestión, tampoco menor. Las plantillas de esas multinacionales se nutren, en la mayoría de los casos, con
sueldos de miseria y que, por tanto, tampoco ayudarán, por la vía de las
cotizaciones, a sostener los servicios públicos.
Pero la cuestión no es baladí si tenemos en cuenta que, con cifras de la OCDE, lo que
las multinacionales evaden por la vía de los impuestos supera los 100.000 millones al año. Eso como mínimo. El mismo organismo señaló que podría llegar a 240.000 millones. Hay corporaciones gigantes, como
Google o Apple, que recurren a esa vía de escape para huir del Impuesto de Sociedades, aprovechando brechas legales o
paraísos fiscales.
Para frenar ese desaguisado, la OCDE propuso un plan de plan de 15 puntos con el fin de poner de acuerdo a los jefes de Estado y de Gobierno del G-20 (los países más desarrollados), en la cumbre de noviembre de Turquía. Y los puso, al menos en teoría, aunque pesaba en exceso el eco de los atentados yihadistas en París, que rebajaron la atención sobre los temas económicos.
Según los acuerdos de esa cumbre, a partir de 2016 y mediante
acuerdos bilaterales entre países, las administraciones tributarias tendrán acceso a la actividad de las multinacionales en cada país. También se prevén medias dentro de ese plan (conocido como
BEPS) para poner coto al uso de sociedades instrumentales para desviar los ingresos de un territorio a otro más ventajoso.
Además, el G-20
invitaba en su comunico final de la cumbre a los países a que se sumen al compromiso de intercambio automático de información que se pondrá en marcha entre 2017 y 2018.
En lo se refiere a Europa, todo indica que la comisaria de Competencia, la danesa
Margrethe Vestager, se toma más en serio el tema que su antecesor, el español
Joaquín Almunia, y parece más dispuesta a investigar a las multinacionales sospechosas de eludir o evadir impuestos.
Pero es inevitable tener en cuenta que el presidente de la Comisión Europea es
Jean Claude Juncker, artífice de que su país, Luxemburgo, sea el más tramposo fiscalmente de Europa para atraer y domiciliar sociedades a su minúsculo territorio. Juncker, recuerden, fue primer ministro del ducado de medio millones de habitantes durante 18 años, hasta 2013.
Rafael Esparza
rafael@hispanidad.com