- Eso sí, tras declarar la República paraliza el Parlament para negociar con Madrid.
- Es decir, una solemne declaración... suspendida antes de nacer.
- El caso es fastidiar y continua siendo el centro de atención.
- Y ahora, el Gobierno se verá obligado a detenerle. Por de pronto, se convoca Consejo de Ministros para el miércoles.
- El separatismo catalán ha consagrado la ideología política que provoca violencia.
Discurso largo, plúmbeo,
nada más ajeno a una declaración de independencia. Un discurso que plantea el 1 de octubre como un acto de feroz represión que pretendía crear un "pánico" colectivo.
Puigdemont no se ha apartado ni un milímetro de los tópicos habituales del separatismo catalán: Cataluña es superior a España porque ha asegurado la democracia española, la culpa de lo que ocurre la tuvo el PP hace 11 años,
cuando se opuso al Estatut, sólo pedimos votar, no tenemos nada contra los españoles, etc., etc., etc.
En definitiva,
Puigdemont (
en la imagen) proclama la independencia de Cataluña y dispara el guerra-civilismo en España… que es lo grave.
Eso sí, tras declarar la
República paraliza el Parlamento para negociar con Madrid. Declara la independencia pero la deja en suspenso. Muy suyo.
Y ahora,
el Gobierno se verá obligado a detenerle… y Puigdemont le denunciará por represión salvaje. Y por cierto, mañana miércoles hay convocado consejo de ministros extraordinario para mañana miércoles. A primera hora de la mañana.
El separatismo catalán ha consagrado la
ideología política que provoca violencia. Y, sobre todo, acentúa el peligro de que España acabe en guerra civil.
Balance: una solemnísima declaración de independencia... suspendida un segundo después para negociar con el pérfido Estado español. El caso es seguir fastidiando y continuar en el proscenio, con todas las miradas fijas en mí. Para insultarme ciertamente, pero, en el centro de todas las miradas, yo. Narcisismo separatista. Por ejemplo, nada le gustaría más ahora a Puigdemont que el Estado procediera a su detención. Además, a lo mejor producía algún muerto
¿Qué se precisa para que los separatistas catalanes reaccionen? Pues darles un salida que salve su orgullo y les permita retirarse con un mínimo de dignidad. El problema es que no se me ocurre ninguna, porque su ridículo ha batido todas las marcas.
Pero lo más preocupante es el guerracivilismo creciente en toda España, con inicio en Cataluña, objetivo de los neocomunistas de Podemos. Por ejemplo, el representante de Pablo Iglesias en el Parlament dedicó mucha más criticas al PP que a los independentistas. Lógico, lo que pretende el neocomunismo de Pablo Iglesias es unir a socialistas y separatistas para crear un Frente popular que les lleve al poder y, desde allí, a la nueva dictadura del proletariado. El verdadero problema es el peligro de guerra civil en España.
Todo sea por Cataluña.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com